En respuesta a una invitación de Taiwán, una delegación de diputados franceses, encabezada por el senador Cyril Pellevat, vicepresidente de la Comisión de Asuntos Europeos de la Cámara Alta, arribó este miércoles a la isla, en momentos que se mantiene la tensión con China por la visita a principios de agosto de congresistas estadounidenses sin la aprobación de Beijing.
La delegación prevé reunirse con autoridades de la isla para tratar temas como la seguridad regional, innovación tecnológica y el fortalecimiento de las cadenas de suministro industrial.
Pese a la oposición de China a la visita de representantes de países que apoyan las ideas separatistas de Taiwán por considerar que violan el principio de “una sola China”, este es el cuarto grupo de legisladores que llega en los últimos 12 meses y la primera desde el polémico viaje de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos (EE.UU.), Nancy Pelosi, en agosto.
El gigante asiático, ante la visita de Pelosi a Taiwán, respondió con el inicio de maniobras militares a gran escala y patrullaje frecuente con sus bombarderos alrededor de la isla, que hasta la fecha permanecen activos.
Occidente provocador
Taiwán ha recibido apoyo de potencias occidentales, como EE.UU., que anunció recientemente tres contratos de ventas de armas por $1.100 millones; el primero está valorado en 665,4 millones de dólares y contempla equipos y apoyo logísticos para las estaciones de radar.
El segundo contrato está valorado en 355 millones de dólares para proporcionar 60 misiles antibuque AGM-84L Harpoon Block II y cuatro misiles ATM-84L-1 Harpoon Block II.
Mientras que el último está valorado en 85,6 millones de dólares para la transferencia de 100 misiles tácticos aire-aire AIM-9X Block II Sidewinder.
Ante esta situación, la portavoz de la Cancillería china, Mao Ning, refirió que EE.UU. viola todos los tratados acordados entre ambas naciones.
«EE.UU. viola burdamente el principio de ‘una sola China’ y los postulados de tres comunicados conjuntos chino-estadounidenses, en particular el Nº 817, al vender armas a Taiwán, con lo cual mina seriamente la soberanía y los intereses de seguridad de China; daña las relaciones chino-estadounidenses; socava la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán y emite señales erróneas a las fuerzas separatistas que buscan la independencia de la isla», indicó. China considera este territorio insular como una provincia suya.
