T. Bunke para Fuser News
Twitter, una de las redes sociales más grandes del mundo, se alistó en la guerra y tomó posición clara contra Rusia.
Consciente de su poder en la difusión de información, tarda en sancionar cuentas que publican noticias falsas o fuera de contexto. Sin embargo, ha mostrado eficacia en etiquetar cuentas que intentan balancear una matriz de opinión ya instaurada tanto en las redes como en los medios de comunicación cualquiera sea su formato: los rusos son los malos.
El etiquetado de medios y personas afiliadas a gobiernos existe desde 2020, se supone que es una herramienta que permite a los usuarios identificar el origen de la información. Eso, por definición, está bien.
Pero en un contexto de conflicto como el que vive la humanidad en este momento, la herramienta también puede ser un arma. De esta forma, como si de una avanzada militar se tratara, Twitter inició el etiquetado masivo de cuentas personales como medios afiliados al gobierno ruso.
My personal twitter account is NOT state-affiliated media.
Nobody at RT or in Russia tells me what to tweet on this account.
This is an attempt to discredit me & prevent people from hearing an anti imperialist message.
Shame on you Twitter! pic.twitter.com/lqM8A33AAV
— Caleb T. Maupin (@calebmaupin) February 28, 2022
Los términos y condiciones de Twitter son muy claros al explicar que el etiquetado no se realiza en cuentas personales, pero a juzgar por las publicaciones de periodistas o líderes de opinión independientes que trabajan para medios rusos, pero también para medios de otros países, Twitter está violando sus propias reglas.
El estigma
Como un Deja vu infame de la Segunda Guerra Mundial, la etiqueta de Twitter recuerda la insignia judía en la Alemania nazi. Se está creando un estigma irracional que atenta contra la libertad de expresión, contra el derecho humano a tener una opinión que no esté regida por la tendencia que impone el algoritmo.
Son múltiples las cuentas de periodistas que están siendo etiquetadas con afiliación al gobierno. Están incluyendo a profesionales freelance, que se dedican a contenido cultural o de entretenimiento… el señalamiento es masivo y sin criterio. https://t.co/NmDtEX0t8T
— Helena Villar (@HelenaVillarRT) February 28, 2022
Así, la inteligencia artificial, una maravillosa creación de la mente humana que puede salvar vidas con un diagnóstico temprano o advertirnos de los efectos del cambio climático en la Tierra, hoy está en el frente de batalla cambiando las ojivas de la información para bombardear la verdad y, aún peor, atacar a un pueblo entero, porque la rusofobia está más activa que nunca.
La rusofobia
La xenofobia generaliza y va contra cualquier extranjero, por eso uso la palabra rusofobia, término que la Real Academia Española de la Lengua debería comenzar a estudiar con las evidencias que Twitter revela.
FIFA y UEFA suspenden a los equipos rusos de las competiciones europeas y de la Copa Mundial de Fútbol Qatar 2022, el director de orquesta Valery Gergiev recibe presiones de sus representantes y orquestas dirigidas para condenar la guerra y apoyar públicamente a Ucrania.
El Carnegie Hall de Nueva York ha decidido cancelar las actuaciones de Valery Gergiev. Figura emblemática de la música rusa a nivel internacional y amigo de Putin, el director ruso no ha querido aclarar públicamente su postura respecto a la guerra https://t.co/cNEoWRImek
— EL PAÍS (@el_pais) February 28, 2022
Comerciantes de los Estados Unidos sacan el vodka de sus anaqueles, Chequia amenaza con cárcel a quien apoye a Rusia en redes sociales, un marinero trata de hundir el barco de un empresario ruso en España.
No son hechos aislados, es un patrón de comportamiento irracional y evidente. ¿Las escuelas de cine del mundo quitarán el aporte de Rusia en el montaje cinematográfico? ¿Dejaeremos de leer a Pushkin o Dotoyevski?
Hola. Soy Liu y soy rusa. Me considero española también pero eso a la gente que me amenaza e insulta por ser rusa, aún habiéndome aplaudido hace 4 días por considerarme española, le da igual. Hoy se me exige que CONDENE unos hechos con los que solo tengo en común la nacionalidad.
— liusivaya (@liusivaya) February 28, 2022
Recordemos que aún hoy, décadas después de la caída del Muro de Berlín, las partes de aquella Alemania dividida tienen diferencias todavía que van desde los equipos de fútbol hasta las inversiones extranjeras en el país. Son datos públicos y de libre acceso.
Alerta entonces, contra Twitter un usuario promedio no podrá, un gobierno tampoco. Pero el pensamiento, esa característica humana que nos permite discernir, no puede someterse a los resultados matemáticos de la inteligencia artificial. El daño cultural que se pretende contra Rusia podría tener consecuencias tan devastadoras como un bombazo nuclear.