El paso devastador de la tormenta tropical Franklin por República Dominicana dejó dos víctimas mortales y una persona desaparecida.
Entre las víctimas se encuentra un menor que jugaba junto a otros adolescentes en un río en las proximidades de San Cristóbal, a unos 30 kilómetros al sur de la capital, Santo Domingo. Otro trágico incidente ocurrió en la misma provincia, donde un hombre de 33 años perdió la vida al ser arrastrado por las corrientes desbordadas.
Adicionalmente, las autoridades emprendieron la búsqueda de una persona que se aventuró a cruzar una cañada en medio de las condiciones climáticas adversas, y permanece desaparecida, informó el Centro de Operaciones de Emergencias (COE), encargado de coordinar las operaciones de rescate y respuesta en situaciones de desastre.
A medida que la tormenta se alejaba del país en la tarde del miércoles, las autoridades dominicanas comenzaron a evaluar la magnitud de los daños. El director del COE, Juan Manuel Méndez, reportó que al menos 678 viviendas resultaron afectadas. Un total de 24 comunidades continúan aisladas, y más de 3.390 personas fueron trasladadas a refugios temporales para su seguridad.
La infraestructura también sufrió daños significativos. Dos carreteras y un puente quedaron destruidos, además las interrupciones en el suministro eléctrico son notables, con más de 27.000 usuarios afectados por 30 ramales eléctricos y siete circuitos dañados.
En lo que respecta al suministro de agua, un acueducto fue afectado y se tomaron medidas preventivas en 91 puntos para evitar problemas mayores. Esta situación perjudicó a más de 1.2 millones de personas en distintas partes del país.
El presidente dominicano, Luis Abinader, lideró una reunión de emergencia con el objetivo de analizar las medidas necesarias para afrontar los estragos en viviendas e infraestructura y anunció la asignación de fondos especiales para financiar las labores de recuperación y reconstrucción.
A pesar de que la tormenta ha avanzado fuera del territorio dominicano, se pronostican más lluvias en las próximas horas, lo que podría resultar en nuevas inundaciones. El suelo ya saturado aumenta el riesgo de desbordamientos.
El país permanece en estado de alerta, con 19 provincias en alerta amarilla, incluyendo la capital. Las autoridades resaltaron la importancia de la prudencia y el cumplimiento de las normas de seguridad.
