Magdalena Andersson, primera ministra de Suecia, informó este lunes que su país pedirá formalmente el ingreso a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Tras sostener un debate en el seno del Parlamento sueco y realizar una reunión extraordinaria con el gabinete de Gobierno, Andersson aseguró que todos dieron su visto bueno para formar parte de la alianza atlántica, dejando a un lado más de dos siglos de neutralidad política y militar que caracterizó a la nación nórdica.
En una rueda de prensa mencionó que “el Gobierno sueco ha decidido ingresar en la OTAN”, con una decisión que cuenta con el respaldo de las principales fuerzas políticas y que justificó para brindar mayor seguridad a la región ante el conflicto entre Rusia y Ucrania.
De esta manera, Andersson se alinea con la intención de Finlandia de formalizar su ingreso a la OTAN, anunciada el jueves pasado por el presidente de ese país, Sauli Niinistö, y la primera ministra, Sanna Marin.
Un comunicado conjunto señaló que “Finlandia debe solicitar su ingreso en la OTAN sin demora”, por lo que esperan “los pasos a nivel nacional, aún necesarios, para que esta decisión se tome rápidamente en los próximos días”.
Respuesta de Rusia
Ese mismo jueves el canciller ruso, Serguéi Lavrov, lanzó una dura advertencia contra Finlandia asegurando que la nación euroasiática estará “obligada a tomar medidas de represalia, tanto de carácter técnico-militar como de otro tipo, con el fin de frenar las amenazas a su seguridad nacional que se presenten en este sentido”.
Por su parte, el viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, consideró que para su país “es completamente evidente que, como resultado de esa decisión, la seguridad de Suecia y Finlandia no se fortalecerá”.
