Por: Gustavo Márquez Subero
Decía Fidel Castro: “Deseo solo combatir como un soldado de las ideas” y tenía mucha razón. Nunca me cansaré en exaltar el diálogo, el debate y la autocrítica permanente a lo interno de las fuerzas revolucionarias para aportar al éxito del Proceso Nacional Bolivariano que nació con nuestro Comandante Chávez.
Desde el Partido Socialista Unido de Venezuela, con debates de altura y la necesaria autocrítica, debemos descubrir, corregir y superar los errores que se pudiesen estar cometiendo en la política nacional y aportar los referentes teóricos que nos permitan salir victoriosos en cada batalla que se nos presente.
En este sentido, existe la necesidad de entender el contexto actual sobre la cual surge el debate que tiene al tema del salario como elemento visible de las manifestaciones de un sector importante de la clase trabajadora. Más allá del necesario y urgente incremento del salario mínimo, está la discusión de los elementos estructurales de la política económica del gobierno bolivariano, donde existe muchas aristas que dan cabida a las más variadas opiniones de especialistas en el tema, analistas y el ciudadano común.
Es pertinente, para debatir sobre nuestra política económica, entender que en revolución, no solo se mantiene la lucha de clases, sino que se acentúa porque las arcaicas estructuras del capital siempre se negarán a desaparecer. En consecuencia, el éxito del proceso Bolivariano estará en la forma como afrontemos el conflicto inevitable que genera la existencia de sectores dominantes que son capaces de adaptarse y hacer algunas “concesiones” para evitar su extinción definitiva.
Aunque todo proceso revolucionario, desde sus inicios puede estar plagado de contradicciones, no podemos pasar por alto la existencia del bloqueo económico y las sanciones impuestas al Estado venezolano que han reducido a su más mínima expresión nuestra principal fuente de ingresos, lo que obliga a tomar ciertas decisiones difíciles. Obviar este aspecto fundamental, sería perder la visión holística del problema, pero es absolutamente necesario que a través de la crítica y a autocrítica oportuna nos permita corregir, erradicar nuestras fallas para avanzar hacia la consolidación definitiva de la Política Revolucionaria Bolivariana.
Chávez fue el primer autocrítico de la gestión de Gobierno. Nos consta la preocupación que tiene nuestro Presidente Nicolás Maduro para resolver los problemas del país. Por esta razón, desde todos los espacios de la política nacional, los revolucionarios que creemos en proyecto Bolivariano debemos impulsar el debate que genere las críticas necesarias para aumentar y fortalecer nuestra base popular en todos los sectores del pueblo venezolano. Es por ello, la importancia de la crítica oportuna de nuestra militancia, está en fortalecer el proceso revolucionario de cara al futuro inmediato. Es tiempo del debate profundo, la dialéctica nos permite diferir y encontrar puntos de encuentro, es tiempo de actuar e ir a la ofensiva.
“Esta revolución llegó aquí para instalarse de manera permanente; sólo que tendremos siempre que estar revisándola, utilizando la autocrítica, la reflexión, el pensamiento científico, la moral revolucionaria, la ideología socialista y demás instrumentos que nos da el estudio y la experiencia”
Cmdte. Hugo Chávez
