Serena Williams dejó el viernes las canchas de tenis como jugadora con récord impresionantes y su estrella brillando por siempre en el firmamento de las deportistas más grandes de todos los tiempos.
La menor y la mejor de las hermanas Williams ha ganado en siete ocasiones el Abierto de Australia, otras siete veces Wimbledon (Inglaterra), seis Abiertos de Estados Unidos (US Open) y tres Roland Garros (Francia).
En total, la tenista ha conseguido 75 torneos en singles de la Asociación de Tenis Femenino (WTA, por sus siglas en inglés), de los cuales 23 fueron de Grand Slam; restándole solo uno para empatar a la australiana Margaret Court como las máximas ganadoras de la historia. Sin embargo, con apenas 40 años, nadie puede refutar ya el calificativo de leyenda del tenis.
“Creo que realmente aporté algo, y aporto algo, al tenis. La indumentaria distinta. El festejo con el puño. La intensidad frenética. Creo que ‘pasión’ es la palabra adecuada. Seguir adelante a través de los altibajos”, dijo el viernes por la noche en la conferencia de prensa en la que anunció su retiro, después de perder ante la australiana Ajla Tomljanovic en el Abierto de EE.UU.
“Podría decir mucho más. Pero, honestamente, estoy tan agradecida por este momento… y que soy Serena”, remató.
Serena además acumula 14 títulos de Grand Slam en dobles con su hermana Venus; lideró el ranking de la WTA durante 319 semanas y cosechó cuatro medallas de oro en Juegos Olímpicos.
Ganó un Grand Slam estando embarazada, superó problemas graves de salud después de dar a luz a su hija Olympia en 2017 y después regresó al tour para alcanzar cuatro finales más de Grand Slam.
Ídolo afroestadounidense
Serena Williams comenzó su carrera profesional en 1995, a los 14 años de edad. Cuatro años después ganó su primer torneo de singles en el US Open. En 2002 ganó su primer torneo de Roland Garros y ese mismo año conquistó su primer Wimbledon.
“Sin duda, es una grande de todos los tiempos. Y eso no lo dice todo”, dijo Martina Navratilova, ganadora de 18 títulos de Grand Slam.
Ninguna mujer afroestadounidense había ganado un título de Grand Slam desde Althea Gibson en los años 50 hasta que llegó Williams y ganó su primer US Open en 1999, cuando tenía 17 años. En las más de dos décadas transcurridas desde entonces, junto a Venus, ganadora de siete Grand Slam, tienen el mérito de haber inspirado a Coco Gauff, Naomi Osaka y a muchas más a jugar al tenis.
“Encarna el concepto de que ningún sueño está fuera de alcance”, dijo Alja Tomljanovic, su vencedora el viernes en el partido de despedida.
