La intensa sequía y varias olas de calor en Francia han disparado las tensiones sociales al punto de una auténtica «guerra» por este valioso recurso natural, con robos de agua, riego de campos de golf pese a las prohibiciones y piscinas privadas difíciles de controlar.
A mediados del mes pasado, en Ardecha, departamento del sureste de Francia en «vigilancia reforzada» por sequía, fueron robados 400 metros cúbicos de agua destinados a la lucha contra los incendios, reportó AFP.
El agua fue sustraída por un club de motocross cercano «para llenar la propia reserva contra incendios y la seguridad del párkin durante un concierto», según la justificación del vicepresidente del mismo club, Roger Kappel, quien reconoció que no tenían «derecho» a llevarse ese líquido.
El presidente de la Comunidad de municipios de la cuenca del Aubenas, en Ardecha, Max Tourvieilhe, se indignó por el suceso: «no ha caído una gota desde hace meses (…) ¿y hay quien se permite quedarse 400 m3 de agua para un uso privado?», fustigó.
La guerre de l'eau est déclarée.https://t.co/LRL6tCTZdU
— Mickaël Correia (@MickaCorreia) August 8, 2022
Límite de riego
En el oeste de Francia, en el departamento de Charente Marítimo, en la costa atlántica, algunos agricultores riegan sus cultivos ignorando las limitaciones, advierte la organización France Nature Environnement (FNE).
«Una minoría de agricultores infringen las prohibiciones y ponen en peligro un bien precioso, un bien común», denuncia.
#VendrediLecture
💧 « Il y a une pénurie d’eau, les montagnes sont sèches » : Bernard Patin, membre @FNEasso @FNEPACA répond à trois questions sur la #sécheresse qui frappe le lac de Serre-Ponçon.
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👇https://t.co/3mtGb9RUcB— France Nature Environnement (@FNEasso) July 29, 2022
Sequía histórica
Como efecto del cambio climático, los departamentos metropolitanos de Francia enfrentan una sequía histórica, con apenas 9,7 milímetros de lluvia en julio, un déficit de precipitaciones del 84% respecto a lo normal del periodo 1991-2020, según la previsión de Météo-France.
Actualmente, todos los departamentos metropolitanos de Francia se encuentran en vigilancia por sequía, con 22 departamentos en alerta reforzada y 68 en crisis.
«Descubrimos que este agua, que creíamos inagotable, es escasa. Se va a hacer más y más escasa en ciertos periodos del año y va a haber que compartirla, considera Thierry Burlot, presidente del Comité de la cuenca del Loira-Bretaña (oeste), entrevistado por France Culture.
https://twitter.com/meteofrance/status/1552661291717779463?t=pWm0X0_B4KpAZWnSi0PMrg&s=19
Prohibiciones
En este nivel de alerta más elevado, se prohíbe a particulares, agricultores e industriales el riego de césped, lavado de vehículos o incluso los cultivos, y el llenado de piscinas para «mantener suficiente agua para los usos más importantes», explicó Agnès Ducharne, investigadora del Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS).
Sin embargo, Sylvain Barone, encargado de investigaciones y especialista del sector del agua en France Culture aseveró que «estamos en los huesos en términos de recursos de agua: el pastel se reduce, los conflictos se agudizan y esto plantea la cuestión de la legitimidad de usos y de la igualdad de tratamiento entre grupos sociales», analizó.
Barone puso como ejemplo las piscinas privadas en la Costa Azul, donde es muy difícil controlar si se llenan o no y sus propietarios están despreocupados por la factura del agua, además de las municipalidades turísticas costeras, que no piensan abandonar sus jardines de flores mientras los pueblos del interior se prestan a reducir el consumo de agua en jardinería.
Francia enfrenta la «sequía más severa» de los últimos tiempos