Luego de que grupos de saboteadores ucranianos emplearan armas de fabricación belga en la región rusa de Bélgorod, el Ministerio de Exteriores de Rusia convocó al embajador de Bélgica en Moscú, Mark Michielsen.
Durante la cita, Rusia expresó al embajador de Bruselas una protesta firme en relación a las pruebas del uso de armas de producción belga por parte de los grupos ucranianos “que llevaron a cabo ataques terroristas contra el territorio de la región de Bélgorod”.
La cancillería rusa resaltó que “en reiteradas ocasiones advirtió sobre los peligros de suministrar al Ejército de Ucrania armamento y equipamiento occidental, así como del peligro de su traspaso no controlado a grupos terroristas».
Moscú instó a Bruselas a no cerrar los ojos ante las evidencias multiplicadas del apoyo por parte del régimen de Kiev a terroristas, que tienen como objetivo la población e infraestructura civil de Rusia».
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, denuncian con regularidad impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera.
El periódico estadounidense The Wall Street Journal publicó fotografías y videos de combatientes de los grupos Legión Libertad para Rusia y el Cuerpo de Voluntarios Rusos, que militan en las fuerzas ucranianas, durante una incursión en la región fronteriza rusa de Bélgorod, en el que aparecían con rifles de asalto Scar de fabricación belga.
Por su parte, el Gobierno de Bélgica pidió el lunes a sus servicios de inteligencia analizar esta información, según indicó el primer ministro Alexander De Croo. «He leído esa información. Hemos pedido a nuestros servicios de inteligencia y servicios militares que lo analizaran. No tengo confirmación», declaró.
«Hay reglas que son extremadamente estrictas, tan estrictas para las armas belgas como para las armas de otros países europeos. Pedimos a los ucranianos que nos aclaren la situación», añadió.
