Unos 2,2 millones de litros de crudo fueron derramados en un curso de agua en Kansas, Estados Unidos (EE.UU.), luego de la fuga en el oleoducto Keystone, que hasta el viernes no había sido controlada, informaron las autoridades estadounidenses.
De confirmarse la magnitud del vertido esta sería la mayor fuga de petróleo en EE.UU. desde 2013, según la asociación Pipeline Safety Trust, que promueve la seguridad de los oleoductos.
El incidente fue detectado la noche del miércoles por la empresa canadiense TC Energy, que opera la infraestructura y que inmediatamente suspendió el flujo de hidrocarburos en el oleoducto, mientras que «el tramo afectado permanece aislado» y el derrame de petróleo aguas abajo «está contenido», dijo la compañía en un mensaje el viernes.
La causa de la ruptura del oleoducto no fue identificada de inmediato. «Estamos monitoreando e investigando», dijo el secretario de Transporte de Estados Unidos, Pete Buttigieg, en un tuit.
Medidas necesarias
La Administración de Seguridad de Tuberías y Materiales Peligrosos (Phmsa por sus siglas en inglés), pidió a la compañía tomar «todas las medidas necesarias para proteger al público, los bienes y el medio ambiente de los peligros potenciales» derivados con la fuga.
Una barrera de tierra de unos seis kilómetros aguas abajo del incidente fue levantada por TC Energy, «para evitar cualquier vertido adicional», y también movilizó camiones y equipos especiales destinados a retirar el crudo derramado en el arroyo de Mill Creek, según detalló la Agencia de Protección Ambiental.
El oleoducto Keystone permite el transporte de hidrocarburos desde la provincia de Alberta (oeste de Canadá) hacia varios destinos en Estados Unidos. Actualmente transporta en tiempos normales alrededor de 600.000 barriles diarios.
El impacto de la fuga en el mercado energético dependerá de la duración de la suspensión de Keystone, que transporta crudo a la terminal de Cushing, en Oklahoma, donde se almacenan las reservas del petróleo estadounidense que sirve de referencia a los inversores.
En 2021, un derrame de petróleo fue reportado en la costa del sur de California, en el Océano Pacífico, aproximadamente unos 3.000 barriles de crudo. La fuga ocurrió a unos 8 kilómetros de la costa de Huntington Beach, y el petróleo comenzó a llegar a las costas de la ciudad de 200.000 habitantes.
En aquel momento, la extensión de la mancha de petróleo se estimó en 5,8 millas náuticas.
