La prestigiosa revista científica Nature publicó este lunes un artículo en el que se reconoce el éxito de las vacunas cubanas contra el Covid-19 y la iniciativa de este país para desarrollarlas, reseñó Telesur.
El artículo reconoce la difícil tarea que enfrentó la isla al enfrentar el bloqueo económico que por más de 60 años le ha impuesto el Gobierno de Estados Unidos, el cual dificultó la adquisición de vacunas y terapias por parte de Cuba.
«Lo mejor, para proteger a nuestra población, era ser independientes», dijo el director general del Instituto Finlay de Vacunas de La Habana, Vicente Vérez Bencomo.
Hasta el 22/11, han recibido al menos una dosis de una de las vacunas cubanas SOBERANA 02, SOBERANA Plus y ABDALA, 10 136 225 personas. De ellas tienen 2da dosis 9 179 660 y 3ra dosis 8 607 198. Tienen esquema de vacunación completo 9 086 703 personas.
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— Ministerio de Salud Pública de Cuba (@MINSAPCuba) November 24, 2021
Estrategia exitosa
El artículo esboza cómo el Instituto Finlay y los demás centros biotecnológicos estatales de Cuba comenzaron a desarrollar sus propias vacunas contra la pandemia con la esperanza de que al menos una de ellas fuera eficaz.
La publicación destaca los frutos de esta estrategia: 90 por ciento de eficacia de la vacuna Soberana 02 y la efectividad superior al 92 por ciento en los ensayos de fase III, con más de 48.000 participantes, de la vacuna Abdala.
La agencia reguladora de Cuba autorizó el empleo de Abdala y Soberana 02 en julio y agosto para la inoculación de adultos, y unos meses después, comenzó la inmunización de los niños con ambos fármacos.
La revista Nature menciona que Cuba comenzó a exportar dichas vacunas a Venezuela, Vietnam, Irán y Nicaragua, al tiempo que solicitó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) su aprobación para que estén disponibles en todo el mundo en desarrollo.
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Ventajas ante otros fármacos
El artículo compara los inmunógenos a base de proteínas, como Soberana 02 y Abdala, con otros tipos de vacunas, a partir de los estudios realizados por el científico Craig Laferrière, jefe de desarrollo de vacunas de Novateur Ventures de Toronto, Canadá.
Al respecto, se mostró la diferencia de las vacunas basadas en ARN mensajero (ARNm) producidas por las biotecnológicas Pfizer y Moderna, precisando que las de proteínas no necesitan mantenerse a temperaturas extremadamente bajas, lo que facilita su distribución en áreas remotas.
Asimismo, las vacunas cubanas podrían tener menos efectos secundarios que las de AstraZeneca y Johnson and Johnson, las cuales usan un adenovirus para administrar el gen de una porción diferente de la proteína RBD a las células y cuyo empleo se ha vinculado con la aparición de coágulos de sangre.