El presidente Vladímir Putin firmó este miércoles la ratificación de los documentos de incorporación a la Federación de Rusia de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como de las regiones de Jersón y Zaporozhie.
Antes que la población de estos territorios se manifestara en referéndums para integrarse a Rusia, los legisladores de las dos cámaras que componen el parlamento aprobaron previamente por unanimidad la adhesión de las nuevas regiones.
El jefe de Estado ruso no ofreció declaraciones durante la ceremonia de la rúbrica de los documentos, refiere el portal web de Telesur.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, adelantó el martes pasado, que Putin no haría declaraciones tras la firma de los tratados de incorporación.
«El presidente ya intervino con un discurso, todos lo vimos y lo escuchamos, fue muy importante», resaltó Peskov.
En aquel momento, el mandatario ruso dijo que «es la voluntad de millones de personas», refiriéndose a los resultados de las consultas populares. Según Putin, los referendums son «un derecho inalienable que está consagrado en el artículo 1 de la Carta de las Naciones Unidas, que se refiere explícitamente a la igualdad de derechos y a la autodeterminación de los pueblos».
Las regiones nuevas mantendrán sus extensiones y nombres actuales, mientras que sus dirigentes recibirán el estatus de gobernadores. Durante un periodo de transición en esos territorios se aceptará hasta 2023 la moneda ucraniana grivna, y después la moneda de curso legal será el rublo.
Lugansk y Donetsk se proclamaron Repúblicas Populares después del golpe de Estado de 2014 en Ucrania, mientras que Jersón y Zaporozhie han estado bajo control ruso desde marzo tras el inicio de la operación especial lanzada por Moscú para desmilitarizar la región del Donbás.
Putin prometió que Moscú reconstruirá todas las ciudades y localidades dañadas por los combates y desarrollará empresas, infraestructuras y sistemas de atención sanitaria.