Miles de personas salieron nuevamente a protestar este martes en las calles de París, capital de Francia, contra la reforma de pensiones del presidente Emmanuel Macron, la cual se encuentra en trámite en el Senado desde la semana pasada.
Desde enero, los sindicatos de trabajadores han organizado numerosas huelgas en la nación europea, a raíz del plan del Gobierno de aumentar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030.
Las encuestas muestran desde hace semanas que la mayoría de los votantes rechaza la reforma que siete años elevaría la edad de jubilación.
Los sindicatos del transporte ferroviario encabezan las protestas, a las que se suman muchos otros sectores.
En el aire, uno de cada cinco vuelos se cancelará en el aeropuerto París Charles-de-Gaulle, y el 30 por ciento de los vuelos se cancelarán en los aeropuertos de Niza, Beauvais, Orly, Burdeos, Lille, Lyon, Nantes, Marsella, Montpellier y Toulouse.
Las medidas de presión para detener la reforma de pensiones también tiene el apoyo del sector de la energía, en particular mediante reducciones en la producción de electricidad. Por el lado del petróleo, la Central General de Trabajadores llamó al paro de las renovables en las refinerías.
En educación, la intersindical de trabajadores convoca a «cerrar por completo escuelas, colegios, liceos y servicios» este martes y el Snuipp-FSU, el principal sindicato de primaria, anunció que más del 60 por ciento de los maestros se sumarán a la huelga.
Gobierno tampoco cede
La CGT de Recolectores de Basura también apoyan la huelga, que podría ser renovable a partir de este martes. La CGT Transportes llamó a los repartidores de plataformas como Uber Eats o Deliveroo a parar sus labores.
Para el líder de La Francia Insumisa (LFI, principal partido de la oposición, por la izquierda) Jean-Luc Mélenchon, “la batalla comienza hoy”.
Según el dirigente político, este primer día para protestar contra la reforma de las pensiones representa “un inmenso enfrentamiento entre todo un pueblo y una persona: el presidente de la República”.
El 1 de febrero, el ministro de Trabajo francés, Olivier Dussopt, desafió que la administración de Macron planea realizar la reforma pese a las protestas y seguirá explicando su necesidad a los ciudadanos.
Francia tiene la edad de jubilación más baja de Europa y gasta casi el 14% de su producto económico en pensiones. Con la nueva reforma, el Gobierno aspira a establecer un límite del gasto público referente al 13,8%. La última reforma de las pensiones, en 2011, elevó la edad de jubilación de 60 a 62 años.