Más de 60 personas fueron detenidas y unos 50 policías resultaron heridos en Tiflis, capital de Georgia, en una protesta contra la ley de agentes extranjeros, aprobada en primera lectura en el Parlamento.
«Agentes del orden detuvieron a 66 personas por actos de vandalismo menor y desacato», informó el Ministerio del Interior de ese país, que agregó que «unos 50 agentes del Interior resultaron heridos, algunos necesitaron intervención quirúrgica y siguen hospitalizados. También hay heridos entre civiles».
El proyecto de ley «Sobre la transparencia de la influencia extranjera» prevé crear en Georgia una lista de varias organizaciones no gubernamentales, medios de comunicación y entidades que reciben fondos de otros países.
Los promotores de esa normativa la presentan como una versión suave de la Foreign Agents Registration Act (FARA), promulgada en Estados Unidos (EE.UU.) en 1938; los detractores alegan que es una ley que aleja a Georgia de la Unión Europea, y es considerada «antidemocrática”.
La presidenta georgiana, Salomé Zurabishvili, señaló a finales de febrero que vetará la ley, y envió un mensaje de apoyo a los manifestantes.
«Esto categóricamente en contra de la ley que se debate. No voy a entrar en la discusión. La vetaré. Esta ley es solo para alejarnos de Europa. Es inaceptable para mí», afirmó la jefa del Estado en un foro anual sobre la igualdad de género.
El principal partido político de izquierda, Sueño Georgiano, defiende que la ley es necesaria para garantizar la transparencia de las organizaciones que son financiadas por fondos o países extranjeros.
Tras conocer el proyecto, la Unión Europea advirtió a Georgia que la adopción definitiva puede «tener graves consecuencias para las relaciones» con Bruselas.
Es «incompatible» con los valores y normas de la UE y que va «en contra» del objetivo del país de entrar en el club comunitario, indicó en un comunicado el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.