El primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, advirtió que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no defenderá a su país en una situación bélica, señalando que quienes piensen lo contrario “se equivocan”.
Según publicó RT, Orbán señaló ante una radio local que Budapest comenzó a modernizar su Ejército desde el 2010 y que en la actualidad es «lo suficientemente fuerte para garantizar la seguridad» del país.
El mandatario húngaro reiteró su postura a favor de una solución pacífica a la crisis en Ucrania, porque «todos sabían que una posible guerra pondría a los países vecinos en una situación difícil», insistiendo en que no cederá a las presiones de Occidente para enviar armas a la nación fronteriza.
“Sanciones” y envío de armas
A juicio de Orbán, el envío de armamento convertiría en escenario bélico a la región ucraniana de Zakarpatia, en la frontera entre ambos países y con una importante población de origen húngaro, por lo que “lo más importante en este conflicto es la paz y la seguridad de los húngaros», subrayó.
También criticó a la izquierda de su país por sus intentos de involucrar al país en el conflicto. «En una situación como está, es fácil cometer errores, por lo que no debes tomar decisiones apresuradas», argumentó.
El primer ministro también condenó a la Unión Europea (UE) y a sus diferentes instituciones por su inacción respecto a los refugiados, dejando a los países fronterizos con Ucrania lidiar solos en ese aspecto, enfatizando que el bloque «no ha dado un céntimo para la cuestión migratoria, así que esto lo resolveremos nosotros mismos», agregó.
Asimismo, rechazó la política de “sanciones” de Occidente, porque considera que se trata de un arma de doble filo, alertando que las consecuencias se reflejarán en el «aumento repentino de los precios de la energía» y un drástico incremento de la inflación, enfatizando que «cuanto antes termine la guerra, menos daños habrá», concluyó.