El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, se disculpó este lunes luego que abrazara y besara en la boca a la futbolista Jenni Hermoso durante la celebración por la victoria de España en la final del Mundial Femenino de Fútbol en Australia.
Al calificar la victoria de «un hecho histórico, uno de los días más felices del futbol español», por el que han trabajado mucho tiempo, Rubiales se refirió al “lamentable hecho” en un video difundido por la RFEF.
«Hay un hecho que tengo que lamentar y es pues todo lo que ha ocurrido entre una jugadora y yo, con una magnífica relación entre ambos al igual que con otras», afirmó en sus declaraciones.
El directivo del fútbol español acepto su equivocación “en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe, (…) ocurrió lo que ocurrió, yo creo que de manera muy espontánea, repito, sin mala fe por ninguna de las dos partes».
En la grabación difundida en redes sociales, Rubiales dijo que tanto el como Hermoso, lo vieron como “algo natural y normal, con ninguna mala fe”. Continuó su discurso, aseverando que “fuera parece que se ha formado un revuelo».
«Desde luego, si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme, no queda otra», señaló.
“Cuando uno es presidente de una institución tan importante como la Federación, tiene que, sobre todo en ceremonias y en este tipo de cuestiones, tener más cuidado. Aquí dentro nadie le daba la más mínima importancia, pero fuera sí que se lo han dado. Entonces, también quiero disculparme ante estas personas», reconoció
Tras el video que circulo en redes sociales, los usuarios comenzaron a cuestionar si el beso había sido consentido y el grado de profesionalismo en el comportamiento de Rubiales.
Por su parte, las ministras españolas de Igualdad, Irene Montero, y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, criticaron la acción del presidente de la RFEF, tildando el acto como una forma de «violencia sexual».
Sin embargo, la delantera de la selección española afirmó en declaraciones posteriores que fue «un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial».
«El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento», expresó.
