La Policía Federal (PF) de Brasil allanó este miércoles la casa del expresidente Jair Bolsonaro en Brasilia, en el marco de una investigación sobre «milicias digitales», dijeron las autoridades.
En un comunicado, el ente policial explicó que la operación fue autorizada por el juez Alexandre de Moraes, en la que además se investiga a un grupo sospechoso de ingresar datos falsos de vacunación contra el Covid-19 en los sistemas del Ministerio de Salud.
«Estas personas pudieron emitir los respectivos certificados de vacunación y utilizarlos para burlar las restricciones vigentes sanitarias impuestas por las autoridades públicas de Brasil y Estados Unidos (EE.UU.) destinadas a prevenir la propagación de enfermedades contagiosas, en este caso, la pandemia del Covid-19», indicó la institución.
Las autoridades ejecutan en Brasilia y Río de Janeiro 16 órdenes de allanamiento y seis de prisión preventiva, mientras trabajan en el análisis del material incautado.
Tarjetas falsificadas
Durante el operativo, fueron arrestados hombres cercanos a Bolsonaro, como el teniente coronel Mauro Cid Barbosa y dos miembros del personal de seguridad del exmandatario Max Guilherme y Sergio Cordeiro.
Según el medio local G1, la PF confirmó que fueron falsificadas las tarjetas de vacunación del expresidente, de su hija Laura, de 12 años, las de Guilherme y Cordeiro.
El falso tramite habría tenido como fin la entrada a EE.UU. de Bolsonaro, familiares y sus ayudantes próximos, burlando las leyes.
El ultraderechista viajó a Florida, donde permaneció tres meses, junto a su familia y su equipo más próximo, entre ellos Guilherme y Cordeiro, el 30 de diciembre de 2022, dos días antes de la toma de posesión del presidente Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva.
El exmandatario, contra el que no hay orden de arresto, deberá declarar este miércoles ante la PF.
Los hechos investigados constituyen delitos de infracción de medida preventiva de salud, asociación delictuosa, inserción de datos falsos en sistemas de información y corrupción de menores.
Bolsonaro no solo minimizó la gravedad del Covid-19 desde el inicio de la pandemia, sino que se negó a aplicar cualquier medida sanitaria radical para contener el virus. En Brasil, al menos 700.000 personas han fallecido por la enfermedad.
