Durante su intervención en una audiencia este sábado con miembros de la Asociación Cornelia de Lang, realizada en el Vaticano, el papa Francisco afirmó que la cultura de la solidaridad expresa concretamente la participación en la construcción de una sociedad fraterna, en cuyo centro está la persona humana.
En la actividad, el sumo pontífice reconoció la labor voluntaria que realizan a favor de los pacientes del síndrome homónimo, una rara enfermedad genética que afecta a una de cada 45 mil personas nacidas vivas, refiere Prensa Latina.
Luego de expresar que «la caridad de Dios nos hace reconocer en el otro al hermano o la hermana que debemos acoger”, Francisco precisó que “justamente por eso, ustedes los voluntarios, mientras desarrollan una obra asistencial contribuyen a dar un rostro más humano y cristiano a nuestra sociedad”.
Instó a los voluntarios a ser testimonios de bondad y ternura, dijo el papa al exhortar a los presentes a perseverar de manera serena y fuerte en su obra “afrontando las dificultades que puedan encontrar con espíritu de unidad” y poniendo siempre en la base de todo el servicio al prójimo como objetivo último de vuestro empeño.
La médico pediatra neerlandesa Cornelia de Lange fue quien descubrió en 1933 la enfermedad, caracterizada por una alteración genética que obstruye el desarrollo físico e intelectual de los pacientes.