Organizaciones en defensa de los derechos humanos de Canadá rechazaron la medida de aplicar la eutanasia a personas en condiciones de pobreza que no presenten ninguna enfermedad terminal.
A propósito de dos casos recientes que han encendido las alarmas en Canadá, activistas exigen mayor intervención del Estado para ofrecer una vida digna a sus habitantes, en lugar de autorizar la asistencia médica para acabar con la vida de personas en situación de vulnerabilidad, refiere Telesur.
El primer caso es el de una mujer con sensibilidad química múltiple (MCR), que ha solicitado durante años ayuda para obtener una vivienda; mientras que el segundo caso corresponde a una mujer joven con discapacidad que se encuentra en condiciones económicas desfavorables.
“El Gobierno me ve como basura prescindible, quejosa, inútil y un dolor de cabeza”, manifestó la ciudadana canadiense que padece MCR y solicita la eutanasia ante su carencia de recursos para tener una vida digna y la falta de respuesta por parte del Gobierno de Canadá para ofrecerle ayuda.
Esta enfermedad hace que productos químicos comunes, como los presentes en el humo del cigarrillo, en el aire contaminado de una ciudad y en los detergentes para ropa, provoquen náuseas, migrañas agudas y, en algunos casos extremos, shock anafiláctico, una reacción alérgica grave que puede ser mortal.
Por su parte, la doctora Chantal Perrot, especialista en “muerte médicamente asistida”, señaló que “las circunstancias de vida de alguien puedan contribuir a su sufrimiento, no constituyen la condición médica grave e irremediable”.
En el 2016 fue aprobada la “muerte médicamente asistida”, en Canadá, inicialmente para personas con enfermedades em etapas terminales, que no aplica para niños ni pacientes con una condición curable.
