El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP en inglés) advirtió este viernes que la población de Gaza está “al borde de la hambruna”.
En una publicación en X, el organismo afirmó que “no hay alimentos en los estantes, ni panaderías para producir pan, ni combustible para reanudar las operaciones humanitarias”.
🚨 #Gaza is on the brink of starvation.
No food on the shelves, no bakeries to produce bread, and no fuel for humanitarian operations to resume.
📣 Only with safe, sustained & increased access to and inside Gaza, can @WFP reach families with assistance. pic.twitter.com/Hy4mFmZtRJ
— WFP in the Middle East & North Africa (@WFP_MENA) November 17, 2023
Samer AbdelJaber, director del WFP para palestina, afirmó que “nuestra capacidad para proporcionar pan o transportar alimentos se ha visto gravemente comprometida en #Gaza”.
“Los alimentos que han entrado en la Franja de Gaza desde el comienzo del conflicto son sólo el 10% de lo necesario para alimentar a todos los necesitados, la gente pasa hambre”, advirtió.
Our ability to provide bread or transport food has been severely compromised in #Gaza.
The food that's entered the Gaza Strip since the beginning of the conflict is only 10% of what's necessary to feed everyone in need warns @SamerWFP.
People are going hungry. pic.twitter.com/VeLHVz2mCL
— World Food Programme (@WFP) November 17, 2023
De acuerdo a la cadena Reuters, la entrega de ayuda de la ONU a Gaza fue suspendida debido a la escasez de combustible y al corte de comunicaciones, profundizando la miseria de miles de palestinos hambrientos y sin hogar mientras se intensifican los bombardeos de las tropas israelíes.
🚨
The last of @WFP contracted bakeries in #Gaza was forced to close its doors.
Nothing is left for families to eat, not even bread. The fuel shortage is bringing life to a halt in Gaza.
📣 WFP's spokesperson @AbeerEtefa explains the situation to @BBCR1. pic.twitter.com/AXb0v7vOxN
— WFP in the Middle East & North Africa (@WFP_MENA) November 15, 2023
Los funcionarios internacionales dicen que la crisis humanitaria para los 2,3 millones de residentes de Gaza está entrando en una fase nueva y más terrible a medida que la escalada Palestina-Israel entra en su séptima semana.
Hospitales asediados
El Ministerio de Salud palestino ubicó en 11.675 fallecidos y más de 32 mil heridos como consecuencia de la agresión israelí. Casi la mitad de los muertos son niños.
En el hospital más grande de Gaza, Al Shifa, foco de alarma internacional esta semana como objetivo principal del ataque terrestre de Israel, un bebé prematuro murió, el primer neonato que pierde en los dos días desde que entraron las fuerzas israelíes.
Tres habían muerto en los días anteriores mientras el hospital estaba rodeado ante las acusaciones de Israel de que el movimiento Hamás construyó túneles subterráneos en hospitales y escuelas.
NO HAY TÚNELES BAJO EL HOSPITAL AL SHIFA EN GAZA. pic.twitter.com/ISzP6T4dPF
— Roi Lopez Rivas (@RoiLopezRivas) November 17, 2023
Cinco bebés estaban en estado muy grave, dijo a Al Jazeera el director del complejo del hospital Al Shifa, Muhammad Abu Salmiya. «Estamos tratando de mantenerlos con vida, envolviéndolos en celofán, poniendo botellas de agua caliente cerca de ellos para mantenerlos con vida, nuestros intentos son los que los mantienen con vida», dijo.
«No hay nada en el hospital excepto más cadáveres, no hay ningún tipo de necesidades vitales en el hospital, ni electricidad, ni agua, ni oxígeno, ni comida. El ejército israelí deambula libremente por el hospital (…) los tanques nos rodean por todas partes», contó Salmiya.
All across the Gaza Strip there are thousands of wounded with no access to treatment. Now there are no more hospitals in Gaza City and a single hospital in the whole of the northern part of the strip many of them will die of these wounds. If not most.
— Ghassan Abu Sitta (@GhassanAbuSitt1) November 16, 2023
El último hospital en pleno funcionamiento en la mitad norte de Gaza, Al Ahli, cerró su departamento de cirugía al quedarse sin anestésicos. El cirujano británico-palestino Ghassan Abu Sitta, que escapó a pie hacia el sur, dijo a Reuters que había decidido irse porque ahora no podía ayudar a los pacientes.
“Ha sido una pesadilla viviente: dejar a 500 heridos sabiendo que ya no hay nada que puedas hacer por ellos, es simplemente la cosa más desgarradora que he tenido que hacer en mi vida», dijo Abu Sitta por teléfono.