La Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que con brotes en unos 18 países y cerca de150 infecciones en América, Europa y Asia y Oceanía, la situación de la viruela del mono sigue siendo preocupante, al no seguir los patrones habituales ante este tipo enfermedad endémica.
El Reino Unido, Portugal y España detectaron recientemente varias decenas de casos de esta enfermedad endémica del oeste de África, refiere el portal web de Euro News.
La ministra francesa de Sanidad, Brigitte Bourguignon, expresó en el Instituto Pasteur donde se reunió para hablar de los siete casos confirmados en Francia, que es necesario aislar los casos para no propagar la enfermedad.
«Hay que decir que esta enfermedad es mayoritariamente benigna. Los casos registrados han sido aislados en sus casas como medida de protección. Desde el ministerio de Sanidad y de la Prevención, se recomienda aislar los casos para no propagar la enfermedad, que se atenúa en dos o tres semanas», declaró la funcionaria.
En norteamérica, Estados Unidos registró su primer caso de esta enfermedad el 18 de mayo en el estado de Massachusetts, al que se sumó el domingo un nuevo caso en Florida.
En América Latina, el Ministerio de Salud de Argentina informó este domingo sobre un primer caso sospechoso con la viruela del mono, detallando que el paciente se encuentra en especial observación en la ciudad de Buenos Aires.
Desarrollo de tests para detectar el virus
Mientras en Suiza, los laboratorios Roche desarrollaron varios tests para detectar el virus de la viruela del mono. En España, Sanidad anunció la compra centralizada de vacunas con la Unión Europea para hacer frente al brote. Los casos diagnosticados en España ascienden al menos a 59.
Hasta el momento, las autoridades sanitarias insisten en que este virus no es tan contagioso como el Covid-19, y que el riesgo de propagación en la población general es extremadamente bajo.
Los síntomas incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, ganglios linfáticos inflamados, escalofríos y fatiga. Según la OMS, los síntomas duran entre 14 y 21 días.