La jornada electoral desarrollada este domingo en Cabo Verde mostró como nuevo presidente del país a José María Neves, quien había manifestado la responsabilidad y sabiduría con la que debía tratarse el caso del diplomático Alex Saab, sin embargo, los planes de Jorge Fonseca y el Gobierno estadounidense fueron otros y trasladaron horas antes de los comicios al funcionario venezolano, violando el Derecho Internacional y las decisiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao).
Ambos organismos internacionales se pronunciaron, en su momento, a favor de la liberación inmediata de Alex Saab. Además, el Tribunal de la Cedeao desestimó la solicitud de Cabo Verde de anular la sentencia de liberación del diplomático y concedió una indemnización de $200.000 por las violaciones de sus derechos humanos.
El actual presidente Neves recibe una nación afectada económicamente por los estragos de la pandemia de Covid-19, además se enfrenta al estigma internacional por el canje económico del funcionario venezolano a Estados Unidos, por parte del Gobierno saliente.
Imparcialidad
El nuevo mandatario caboverdiano destacó en sus declaraciones, tras conocerse los resultados electorales, la imparcialidad durante su gestión y la protección al pueblo de la nación africana.
«Se trata de una enorme responsabilidad presidir la nación en estos tiempos y recibo esta victoria con gran humildad (…) Quiero ser un presidente que une, que protege y que cuida. Las caboverdianas y los caboverdianos pueden contar conmigo», afirmó Neves a los medios de comunicación.
Neves será el sexto presidente desde que el país logró la independencia de Portugal en 1975 y el quinto desde el establecimiento de un gobierno democrático en 1991.
«Seré el presidente de todos los caboverdianos, seré un árbitro imparcial (…) un presidente que colaborará con el Gobierno y con las autoridades locales y la sociedad caboverdiana para, juntos, hacer frente a los desafíos», agregó en su discurso.
Medios internacionales señalaron que, aunque la figura del primer ministro, actualmente Ulisses Correia e Silva, “suele ostentar el poder ejecutivo en Cabo Verde, el papel del presidente va más allá del mero carácter ceremonial para convertirse en una figura de consenso, estabilidad, y protector de la Constitución”, criterios inexistentes hasta este domingo en el Gobierno de la nación insular, confirmados con la vulgar entrega del diplomático venezolano a Estados Unidos.