El Consejo Nacional para Salvación de la Patria (CNSP), formado por el nuevo poder golpista de Níger, anunció el despliegue de fuerzas en la frontera con los vecinos Benín y Nigeria, como medida a la advertencia de invasión por parte de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).
Benín y Nigeria expresaron su apoyo al derrocado presidente Mohamed Bazoum, por lo que desde el CNSP aseguran que están listos para hacer frente a cualquier amenaza de la Cedeao.
El movimiento de las fuerzas nigerinas ha sido observado en la ciudad de Gaya, cerca de la frontera con Benín, afirmaron testigos presenciales, que también detallaron que la población local acoge esto con alegría.
Además, se captaron movimientos de tropas en la ciudad de Birni N’Konni, a 400 kilómetros de la capital de Níger.
Cedeao reunida
Para este viernes, los jefes del Estado Mayor de la Defensa de la Cedeao continúan reunidos en Acra, capital de Ghana.
El comisionado de asuntos políticos, paz y seguridad de la organización, Abdel-Fatau Musah, indicó durante la reunión que inició el jueves que «las fuerzas militares y civiles de África occidental están listas para responder al llamado del deber».
El funcionario agregó que el orden constitucional de Níger sería restaurado «a cualquier precio».
El órgano africano ordenó el 10 de agosto activar y desplegar su fuerza de reserva para una posible intervención militar en Níger, sin descartar por ahora la opción de un arreglo político.
Anteriormente, el Consejo de Paz y Seguridad (CPS) de la Unión Africana se expresó en contra de la intervención militar en Níger, informó la cadena de radio RFI.
Burkina Faso, Guinea y Mali, que están suspendidas de la Cedeao, declararon en más de una ocasión su rechazo a la intervención militar extranjera en Níger y, en un comunicado conjunto, los gobiernos burkinés y maliense advirtieron que esa invasión equivaldría a una declaración de guerra contra sus países.
El pasado 26 de julio, un grupo de oficiales de las fuerzas de seguridad y defensa de Níger proclamaron la destitución del presidente Bazoum, alegando «el continuo deterioro de la situación de seguridad» y la «mala gobernanza económica y social».
Tras la destitución del mandatario, quien permanece privado de libertad, los militares golpistas ordenaron el cierre de las fronteras, la imposición de un toque de queda y, días después, comunicaron la formación de un Gobierno de transición en el país.