A pocos días de la salida de Iván Duque de la Casa de Nariño y la toma de posesión del presidente electo Gustavo Petro en Colombia, la polémica por el control de Monómeros, filial de la Petroquímica de Venezuela (Pequiven) en ese país, genera nuevas noticias sobre la corrupción en la que en este momento se encuentra sumergida la empresa.
Desde que cayó en manos de la oposición venezolana con la anuencia de la administración de Duque y el respaldo de Estados Unidos (EE.UU.), acción calificada por parte del Gobierno Bolivariano de Venezuela como un robo, no paran las denuncias de que Monomeros se convirtió en la caja chica de la dirigencia derechista encabezada por el exdiputado Juan Guaidó, llevando la institución a la quiebra.
Recientemente, en lo que parece una medida desesperada para exculpar a Guaidó de todas las irregularidades en el manejo de la filial de Pequiven, la comisión de contraloría de lo que se supone es la «Asamblea Nacional del interinaro opositor», publicó un informe sobre los hechos de corrupción ocurridos en Monómeros desde 2019, cuando ellos mismos tomaron el control, «recomendando» la destitución de la directiva encabezada por Guillermo Rodríguez Laprea, a quien achacan toda la «responsabilidad política».
En el informe presentado por los exparlamentarios, determinaron que el acuerdo de colaboración empresarial entre Monómeros y LyonStreet, firmado en abril de 2021 y ya rescindido tras un escándalo público de corrupción, transfería por 15 años las competencias del activo venezolano a esa compañía panameña, con el reparto de beneficios y utilidades de 40% para Monómeros y 60% para la empresa contratada.
«Montaje burdo»
Los siete exdiputados participantes en la reunión de la comisión votaron a favor del informe, mientras que sus otros cinco integrantes estaban “ausentes”.
En este sentido, Rodríguez Laprea señaló en su defensa que se trata de «una jugada irregular lamentable”, asegurando que la aprobación del documento es “un montaje burdo”.
Asimismo, en entrevista desde Colombia para Voz de América, señaló que los argumentos utilizados por los participantes son “tontos”, tratando de deslindarse de sus acciones corruptas al frente del segundo mayor activo de Venezuela en el extranjero.
Desastre en manos de Guaidó
A principios de julio, durante una sesión de empalme entre el equipo del Gobierno del saliente Iván Duque y el comité del mandatario electo Gustavo Petro, Luis Fernando Velasco, coordinador del equipo Petro para el tema del Dapre no ocultó su preocupación por el manejo que Guaidó le ha dado a Monómeros.
Aseguró tener “una gran preocupación, de que Monómeros sigue en manos de Guaidó y esa sí es una preocupación, Monómeros en manos de Guaidó fue un desastre se desapreció”.
“Mire lo que nos está pasando por favor, pregúntele a nuestros campesinos, pregúntele a nuestros agricultores, no se está produciendo y estamos comprando a tres veces lo que se compraban los insumos”, agregó Velasco.
Petro y la devolución de Monómeros
El informe del Parlamento ilegítimo surge luego de que Gustavo Petro manifestara su intención de devolver al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, la administración de Monómeros Colombo Venezolanos S.A.
Durante una entrevista para WRadio, el presidente electo confirmó que conversó directamente con el presidente Maduro para retomar el comercio, devolver Monómeros y recuperar la frontera.
Petro reconoció el estrangulamiento financiero por parte de funcionarios colombianos que llevó al cierre de Monómeros y perdió el mercado que había en la nación neogranadina.
Asimismo, enfatizó que “el dueño de Monómeros es Pequiven que produce la urea real y es la materia prima (…) para la producción de fertilizantes» de los que se beneficiaba Colombia.
“Monómeros es la empresa que hacía en Colombia los fertilizantes para la agricultura, que ahora estamos importando a precios tres veces mayores que los precios que existían al comienzo de la crisis y eso ha producido el incremento en los precios de los alimentos”, destacando que la empresa venezolana «aún puede recuperar su antigua función, si pudiéramos reconstruir la producción subsidiada de los fertilizantes para la agricultura estaríamos solucionando un problema mayúsculo para este momento que no espera, que es el hambre”, estimó.
