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Ministro brasileño renuncia por escándalo que involucra a iglesia evangélica

Fuser News

29/03/2022
Milton Ribeiro dimitió tras ser acusado de tráfico de influencias a favor de otros líderes evangélicos ligados al Gobierno de Jair Bolsonaro.

K. Jiménez

El ministro de Educación de Brasil, Milton Ribeiro, dimitió en un escándalo que involucra a pastores de la iglesia evangélica en medio de la campaña del actual mandatario, Jair Bolsonaro, hacia la reelección.

El diario Folha de Sao Paulo difundió una grabación en la que el ahora exministro afirma que su “prioridad es atender, primero, a los municipios que más precisan, y segundo, a todos los amigos del pastor Gilmar», lo que derivó en una gran polémica de cara a los comicios presidenciales, ya que el funcionario dijo actuar por instrucciones del presidente, lo que después desmintió.

El audio se refiere a Gilmar Santos, quien junto con Arilton Moura han sido acusados de establecer un «gabinete paralelo» que gestionaba recursos federales del Ministerio de Educación para favorecer a «amigos» de su Iglesia con la complicidad de Ribeiro.

Poder religioso y crisis política

Los tres involucrados, Santos, Moura y Ribeiro son pastores evangélicos y forman parte del creciente poder que esta profesión religiosa ha adquirido durante el Gobierno de Bolsonaro, al punto que la renuncia de este último se produjo por la presión de otros políticos evangélicos, publicó el portal RT.

Ribeiro es el cuarto ministro de Educación que ha tenido el mandatario brasileño en poco más de tres años de Gobierno, siendo antecedido por otro pastor, Carlos Alberto Decotelli, cuya designación solo duró cinco días y ni siquiera llegó a jurar en el puesto al comprobarse que había falsificado su currículum para ostentar inexistentes doctorados y postdoctorados.

El primero en ocupar el cargo fue Ricardo Vélez Rodríguez, teólogo colombiano ultraderechista nacionalizado que permaneció cuatro meses en el Gobierno debido a una serie de polémicas por defender la dictadura militar (1965-1985) en la educación pública, y anticipar que terminaría con la «influencia marxista» en las escuelas, entre otros escándalos.

Le sucedió el economista Ariel Weintraub, quien se desempeñó en el cargo durante 14 meses, en una gestión en la que promovió el cierre del Congreso y de la Corte Suprema, así como la detención de los jueces del máximo órgano de Justicia del país.

Campaña

La nueva crisis de Bolsonaro estalló justo en un momento en el que prepara su campaña por la reelección en un escenario bastante desfavorable.

De acuerdo con las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva lidera la carrera con una intención de voto que varía entre 35 % y 42 %, mientras que Bolsonaro ocupa el segundo lugar con un rango que va del 25 % al 34 %.

En este proceso, la participación del electorado evangélico es fundamental, ya que comprende un universo de 70 millones de personas (un tercio de la población), y se prevé que en una década podrían superar incluso a los católicos.

Es por ello que el escándalo de corrupción de un ministro que también es pastor, y que ahora está acusado de tráfico de influencias para beneficiar a otros líderes evangélicos, afecta de manera particular en la campaña, tanto por el desgaste para un Gobierno que pretende ser reelecto como por el deterioro de la imagen de los religiosos que cada vez más aspiran a cargos políticos.

Alianza decisiva

«Le pido, por favor, que se licencie hasta el término de las investigaciones, porque los evangélicos estamos sangrando. Si se prueba su inocencia, regrese al cargo», exhortó el pastor y diputado Marco Feliciano.

Previamente, Bolsonaro había defendido al ministro diciendo: «pongo mi cara en el fuego por Milton, lo que están haciendo con él es una cobardía», pero no pudo sostenerlo en el cargo ante el reclamo de otros líderes evangélicos, quienes revalidaron una alianza que será decisiva para las próximas elecciones.

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