Cerca de 500.000 personas manifestaron este sábado en Madrid, España, contra el gobierno de de Pedro Sánchez, en una protesta convocada por de grupos y organizaciones de derecha, respaldada por el Partido Popular (PP, conservador), el principal frente de la oposición, y por la formación de ultraderecha Vox.
Según los organizadores, los manifestantes, que ondeaban las banderas del país, pidieron la dimisión de Sánchez, mientras que algunos de ellos sostenían carteles con una foto del jefe de gobierno y la frase «traidor».
La manifestación tuvo lugar después de que el gobierno derogara el delito de sedición, principal cargo por el que la justicia española condenó a nueve líderes separatistas catalanes por su papel en el intento fallido de independencia de la región en 2017.
Este delito fue reemplazado por otro con una pena de prisión menor y ahora la oposición de derecha quiere revertir la medida cuando vuelva al poder.
Los conservadores también se oponen a una ley emblemática en contra de la violencia sexual que endurece las penas por violación, pero suaviza las penas por otros delitos sexuales.
La mayoría de las encuestas indican que el PP podría ganar las elecciones generales previstas para finales de año, aunque necesitaría el apoyo de Vox para gobernar. España también celebra elecciones municipales en una docena de regiones en mayo.
Por su parte, Sánchez defendió este sábado que, pese a las manifestaciones de “nostálgicos” en Barcelona y en Madrid, “se cumple la Constitución en toda España” y la “amenaza de la quiebra de la convivencia va quedando cada vez más lejos”.
Ante unas 1.500 personas reunidas en la localidad de Valladolid, donde el PSOE organizó un acto para presentar a sus candidatos de las nueve capitales de provincia de Castilla y León, Sánchez alertó que quienes se manifestaron en Barcelona el pasado jueves “querían una España rota”, mientras que quienes lo hacen en Madrid quieren “una España uniforme” y “excluyente”.
