Microsoft anunció este lunes que contrató al CEO destituido de OpenAI, Sam Altman, quien se unirá al equipo de investigación avanzada de inteligencia artificial (IA).
Altman jugó un papel clave en transformar OpenAI de un laboratorio de investigación a una startup comercial de renombre mundial, pero fue despedido hace tres días por supuestamente «mentirle a la junta directiva».
El movimiento desató el caos dentro de la empresa, por lo que empleados, incluyendo altos ejecutivos, amenazaron con renunciar y seguirle el paso al antiguo director, según una carta abierta.
Microsoft, que fue sido un socio cercano de la compañía e invirtió miles de millones de dólares en ella, anunció que su expresidente, Greg Brockman, también se unirá a su equipo.
Brockman, también cofundador de OpenAI, renunció en protesta después del despido de Altman.
Fuga de cerebros
Expertos como Sarah Kreps, directora del Instituto de Política Tecnológica de la Universidad de Cornell, expresaron su preocupación por el futuro de la compañía tecnológica y la posible pérdida de talento valioso.
«Si los arquitectos, la visión y los cerebros detrás de estos productos se han ido, la empresa será una cáscara de lo que alguna vez fue», expresó.
“Toda esa confianza en el cerebro destinada a Microsoft significará que estas impresionantes herramientas saldrán de Microsoft. Será difícil que OpenAI siga prosperando como empresa” agregó Kreps.
La situación tuvo alto impacto en el mercado financiero, las acciones de Microsoft aumentaron 2%, alcanzando un máximo histórico.
