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Meditaciones de último minuto

Fuser News

15/05/2022
Neanderthal
Un buen día alguien tuvo que percatarse de que estábamos aquí y de que no sabíamos quiénes éramos ni por qué estábamos en el mundo ni qué era el mundo.

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Roberto Hernández Montoya para Fuser News

La primera vez que Homo sapiens y Femina sapiens caminaron erectos por estas tierras deben haber conjeturado muchas cosas. Supongo que fue un proceso gradual y no de sopetón que anduvimos parados por aquí mucho antes de que Platón dijera que éramos bípedos implumes. De todos modos se sabe que la evolución se acelera a veces.

Un buen día alguien tuvo que percatarse de que estábamos aquí y de que no sabíamos quiénes éramos ni por qué estábamos en el mundo ni qué era el mundo.

Aquella población primigenia sabía poco pero sabía menos poco que ahora, cuando no sabemos mayor cantidad de cosas. Es decir, ya va siendo hora de que asumamos que tenemos más información pero que la entendemos cada vez menos. Porque confieso que no entiendo eso de que un agujero negro tiene 7 mil millones de veces el peso del Sol.

Pero todavía menos entiendo que ya aquella primera pareja sapiens tuviera el cerebro cableado para manejar el modo subjuntivo y los enrevesados tiempos verbales que existen en todas las lenguas. Porque ya hablábamos. No fue que empezamos a deambular por el sur del África sin saber hablar y sin usar gerundios y géneros femenino y masculino, declinaciones y complementos directos.

Lo dice Chomsky: nacemos con competencia lingüística. Sabíamos pintar cuevas y Picasso dijo que toda la pintura posterior a la rupestre es decadencia.

Pero lo más asombroso es que teníamos ya la potencialidad para fabricar rascacielos y creer en dioses prodigiosos y abotonarnos una camisa. Y exterminar a nuestros primos neandertales, con quienes copulamos y por eso compartimos con ellos de 2 a 4% de los genes, o sea que somos neandertales, así como los civilizados europeos casi extinguieron a toda la población originaria de lo que hoy desprevenidamente llamamos América.

Porque ya todo eso y más estaba potencialmente en aquellos primeros cerebros. Que tenían la tenebrosa conciencia de que vamos a morir. Somos el único animal que sabe eso, al menos como lo sabemos nosotros. Los demás animales lo temen aunque no lo sepan hasta el punto de enterrar a quienes mueren.

¿Cómo pudo ser todo eso y mucho más? No tengo idea y me alarma que quienes tienen que entender saben menos porque saben que no saben. Y ni siquiera saben qué es lo que no saben.

De todos modos siempre tuvimos algunas informaciones ontológicas, como que hacer ciertas cositas engendra muchachitas y muchachitos que persisten en las mismas preguntas y en tampoco entender para qué estamos aquí. Yo tampoco sé pero pasarla bien no parece mala idea, dice Fernando Savater.

El actual clima apocalíptico invita a ponerse filosófico y hacernos las eternas preguntas a ver si a última hora entendemos algo, así sea por qué nos estamos extinguiendo.

@rhm1947

 

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