El fin de semana pasado, más de 20 corredores del maratón de Sydney fueron hospitalizados por deshidratación debido a una ola de calor inusual, agravada por la llegada del fenómeno climático El Niño en Australia.
Este fenómeno meteorológico anticipa altas temperaturas y sequías, especialmente en regiones orientales de este país.
Las estaciones de esquí, incluida la de Perisher, fueron cerradas por la falta de nieve. Expertos del clima aseguran que es el invierno más cálido registrado desde 1910.
La semana pasada, se desataron docenas de incendios forestales en el país, Nueva Gales del Sur fue el estado más afectado, con más de 60 activos.
«Estamos en una situación seria», advirtió David Bowman, profesor de pirogeografía y ciencias del fuego de la Universidad de Tasmania. «El monstruo del cambio climático ha despertado y El Niño lo empeora», expresó.
El pronóstico no es alentador, ya que los recuerdos de la devastadora temporada de incendios del Verano Negro de 2019-2020 siguen frescos en la memoria de los australianos. Esa temporada de incendios arrasó 10 millones de hectáreas, cobró vidas humanas y causó la muerte de más de mil millones de animales.
Aunque las condiciones son diferentes este año, con temporadas más húmedas debido a La Niña, los expertos enfatizan la necesidad de tomar medidas preventivas. Robb Webb, director ejecutivo del Consejo Nacional de Servicios de Bomberos y Emergencias, advirtió que no es necesario otro «Verano Negro» para que la temporada de incendios sea peligrosa.
Las altas temperaturas actuales superan en 18 grados la media de septiembre en Australia. Las autoridades han emitido una alerta de «peligro catastrófico » en áreas vulnerables, y miles de estudiantes se han visto obligados a quedarse en casa debido al cierre de escuelas.
