Sacerdotes cubanos de la religión yoruba dieron a conocer este sábado la Letra del Año en una ceremonia realizara en la Asociación Cultural Yoruba de La Habana.
Se conoció que este año estará dirigido espiritualmente por Obatalá, máxima deidad, creador de la Tierra, patrón de la inteligencia, los pensamientos y los sueños humanos, dueño de todo lo blanco, al que se le atribuye el origen de todo lo que hay en el planeta; mientras que como divinidad acompañante apareció Oshanla, poderosa deidad encargada de amparar a los seres humanos y sobreprotectora con sus hijos.
De acuerdo con la Letra del Año para el 2022, Orula reveló como profecía un Iré Arikú Oyale elese Oduduwa (un bien de salud firme al pie de Oduduwa), una de las principales deidades de la religión africana.
La interpretación para transitar este nuevo año llama a la organización en todos los ámbitos, mientras recomienda a la población “paciencia y serenidad ante los problemas de la vida”; ser humildes y sencillos y evitar la soberbia y las malas formas, así como velar por todas las medidas para evitar la propagación de enfermedades contagiosas.
También recomendaron prestar mayor atención en el hogar a la educación de niños y jóvenes; establecer acuerdos favorables sobre políticas migratorias con el propósito de prevenir la pérdida de vidas humanas y reforzar la labor educativa y social para reducir el tabaquismo y el alcoholismo.
Asimismo, los sacerdotes yorubas de Cuba aconsejaron cuidar y fomentar los programas de atención materno-infantil, respetar la institución del matrimonio y prestar especial atención a los adultos mayores.
Entre los refranes del signo figuran algunos muy conocidos como “Rey muerto, rey puesto”, “Mientras hay vida hay esperanza” y “Es un error no aprender de los errores cometidos”.
La ceremonia fue presidida por el sacerdote mayor de Ifá Antonio Sevilla Rodríguez y con el respaldo de la Junta Directiva, el Consejo de Sacerdotes Mayores de la República de Cuba y sus extensiones de funcionarios provinciales e invitados de otras naciones.
Historia de Ifá en Cuba
Relata la historia que, a finales del siglo XIX, Remigio Herrera (Nigeria 1811- La Habana 1905), un africano que fue llevado como esclavo a Cuba en 1830, junto a algunos de sus ahijados consagrados al culto de Ifá sacaron la primera Letra del Año, convirtiendo la ceremonia en una tradición centenaria.
Herrera, conocido como Adeshina, “poco antes de ser atrapado por sus captores en África, se tragó el fundamento representativo del orisha Orula, que más tarde logró librar de su cuerpo ya a bordo del barco negrero donde fue traído a América como esclavo, y preservar durante la travesía y posterior arribo a Cuba”, refiere Sputnik Mundo.
Así viajó desde África hasta Cuba el fundamento de Ifá, un culto religioso adivinatorio sustentado en un sistema de signos que son interpretados por el sacerdote o babalawo, máximo jerarca de este culto ancestral.
La base de este oráculo la integran 16 signos (oddunes) mayores, que mezclados entre sí dan la opción de 256 formas de interpretación a la hora de hacer predicciones o vaticinios, y que se logra con el uso de un conjunto de nueces de palma (ikines), o con una cadena con ocho segmentos de diversos materiales, que se conoce como ekuele.
El sistema interpretativo, nutrido por proverbios, es heredado de generación en generación y recoge en sus páginas la literatura oral, la sabiduría, la fe, la esperanza, el castigo y la salvación, según los antiguos yorubas.