Un análisis financiero ha advertido que la puesta en marcha de los planes de Estados Unidos (EE.UU.) para imponer “sanciones económicas” contra Rusia, en caso de que la situación en torno a Ucrania se agrave, amenaza con graves problemas para el sistema financiero mundial.
Varios analistas han explicado a The New York Times (NYT) que se trata de una situación inédita en la que un país imponga restricciones de tal magnitud a una economía tan grande como la rusa, publicó el portal Sputnik.
Los expertos señalan que se trata de una amenaza para las economías de los países desarrollados, especialmente en Europa, y desestabilizaría el sistema financiero mundial, y añaden que en este escenario Rusia está prácticamente obligada a tomar represalias, lo que provocará un mayor deterioro de la situación.
EE.UU. sabe lo que las sanciones antirrusas podrían provocar, por eso, según algunos funcionarios citados por NYT, el gobierno de Joe Biden no planea apuntar a la enorme industria de exportación de petróleo y gas de Rusia, ya que hacerlo podría aumentar los precios de la gasolina para los estadounidenses que ya están luchando con la inflación y crear un conflicto con los países europeos.
Las tensiones en torno a Ucrania se agravaron por la instalación de tropas rusas cerca de la frontera ucraniana, lo que EE.UU. interpreta como supuestos preparativos para una posible “invasión”.
Rusia defenderá sus intereses
En varias ocasiones Rusia rechazó esas sospechas, defiende el derecho a mover fuerzas a su discreción dentro del territorio nacional y denunció que la OTAN busca pretextos para desplazar más equipamiento militar cerca de las fronteras rusas.
El pasado 28 de enero, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que «no habrá guerra, por lo que depende de Rusia», y enfatizó que Moscú tampoco permitirá que sus intereses se pisoteen y sean ignorados.
A finales de 2021, el Ministerio de Exteriores de Rusia publicó una propuesta de convenio para EE.UU. y la OTAN sobre las garantías de seguridad en Europa en las que, particularmente, insta a Washington a renunciar recíprocamente al despliegue de armas nucleares fuera del territorio nacional y repatriar las ya instaladas.
