T. Bunke para Fuser News
Tal vez lo único sorprendente del titular del Miami Herald del 11 de marzo, que proclama un «retroceso político» ante la noticia de que Estados Unidos y Venezuela han llevado a cabo recientemente las conversaciones cara a cara de mayor nivel desde hace varios años, es que haya tardado tanto en aparecer.
El periódico es un conocido portavoz de la oposición venezolana que, a su vez, cuenta con el apoyo de una diáspora que se ha aglutinado en torno a Miami durante la última década y cuya causa es defendida por desesperados del voto como los senadores Marco Rubio y Ted Cruz.
El hecho de que la publicación haya tardado siete días en poner de relieve el supuesto «retroceso político» es una prueba del shock en el que se encuentra la oposición tras el cambio sísmico de la política de Estados Unidos hacia Venezuela, provocado por los trágicos acontecimientos que se han producido a miles de kilómetros de distancia en Ucrania.
¿Factor sorpresa?
Que la oposición fue sorprendida con la guardia baja es un eufemismo masivo. Un anuncio del Departamento de Estado para salvar la cara afirmando que la oposición había sido «informada el sábado por la mañana» (el mismo día de la llegada de la delegación a Caracas) no puede ocultar el hecho de que la oposición fue considerada como un impedimento para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos.
Evidentemente, estos intereses están por encima de las necesidades electorales de los dos honorables senadores y es evidente que están por encima de la pretensión de que la oposición siga siendo importante o se considere que tiene alguna relevancia significativa en el diálogo estratégico que se está desarrollando entre Washington y Caracas.
Entonces, ¿en qué situación queda la oposición? Dejemos claro que no es la oposición, sino la oposición al progreso, la oposición a la prosperidad y la oposición a la paz. Debe aprender a decir algo más que «¡No!» a toda iniciativa que tenga como objetivo poner fin al sufrimiento del pueblo venezolano a manos de las sanciones económicas ilegales impuestas unilateralmente por los Estados Unidos.
Los muertos de Guaidó
Estas son las mismas sanciones que, según los destacados economistas estadounidenses Jeffrey Sachs y Mark Weisbrot en un perjudicial informe de 2019, han matado a más de 40.000 valientes venezolanos.
Son las mismas sanciones que se han impuesto con la plena cooperación de la oposición. No te equivoques – Guaido y Gang tienen la sangre de 40.000 venezolanos inocentes en sus manos y conciencia.
Sin embargo, la Oposición al Progreso sigue diciendo que quiere lo mejor para Venezuela, pero se niega a apoyar el primer avance significativo en el impasse político entre Caracas y Washington desde hace años. ¿Por qué?
La respuesta es sencilla:
Guaido y Gang saben que cada día que pasa con el presidente Maduro en el poder, es otro día más cerca del final del tren de la salsa para ellos.
La Oposición al Progreso, la Oposición a la Prosperidad, la Oposición a la Paz y Guaido y la Pandilla – todos toman nota. El pueblo venezolano sabe cómo les habéis traicionado a ellos y a la República Bolivariana de Venezuela.
Puede que algún día os perdonen, pero nunca olvidarán.
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