El día del supuesto ataque ruso a Ucrania, transcurrió sin mayores sobresaltos, luego de una intensa y agresiva campaña en los medios de comunicación, los argumentos de Estados Unidos (EE.UU.) fueron finalmente desinflados y quedó en evidencia, una vez más, que el alarmismo solo trajo repercusiones negativas sobre Kiev.
Este miércoles, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Wang Wenbin, manifestó que precisamente la exageración de Washington sestó un duro golpe a la economía ucraniana y a su estabilidad social.
«Durante días, EE.UU. ha estado exagerando la amenaza de guerra y creando un ambiente de tensión. Esto ha impactado gravemente en la economía, la estabilidad social y en la vida de las personas”, afirmó al tiempo que denunció que lejos de querer ayudar, el Gobierno de Biden perjudica los avances del diálogo.
“EE.UU. recurre al terrorismo informativo”, dijo y agregó que el 16 de febrero pasará a la historia como el día del fracaso de la propaganda occidental.
A inicios de semana, el mismo presidente Vladimir Zelenski hizo un llamado a la paz y decretó esta fecha como el Día de Unidad en Ucrania en respuesta a informaciones falsas que hablaban de un posible inicio de guerra que en realidad no sucedió.
Algunas de las noticias falsas difundidas por medios y autoridades occidentales más destacadas incluyen la supuesta participación de miles de soldados rusos, suministro de sangre, un sustituto “prorruso” para Ucrania y el envío de materiales médicos, entre otras, pero por el contrario hace pocos días Rusia anunció el regreso de sus tropas a sus bases desde zonas fronterizas con Ucrania.
En medio de los rumores sobre la supuesta invasión rusa, Moscú ha buscado obtener garantías de seguridad que limiten la expansión de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) hacia sus fronteras. En días recientes la Cancillería de Moscú difundió un comunicado haciendo énfasis en la falta de colaboración del Gobierno de Joe Biden en una resolución para el conflicto, además recalcó que usa sus medios de comunicación para mentir y desvirtuar la posición de Rusia con respecto al diálogo.
