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La guerra contra Venezuela en la figura de Alex Saab | Por: Johan Pérez

Fuser News

10/01/2022
Alex Saab
Fernando Villavicencio trata de sentar las bases para involucrar a Alex Saab en hechos que no gozan de sustentabilidad jurídica

O. Gallardo

La soberbia del legislador ecuatoriano Fernando Villavicencio no lo deja avanzar y se ha percatado de bloquear en la red social Twitter a todo aquel que ponga en cuestión o que desmienta lo que él promueve bajo un falso esquema llamado “periodismo de investigación”.

En trabajos anteriores se ha destacado las relaciones de Villavicencio con actores corruptos que en un pasado se encargaron de conspirar y desestabilizar la Revolución Ciudadana impulsada por Rafael Correa en Ecuador y que hoy, siendo parte de una comisión de fiscalización en la Asamblea Nacional, se inhibe de investigar hechos graves como la aparición de Guillermo Lasso en los Pandora Papers y por el contrario usa de vehículo para la persecución contra el diplomático venezolano Alex Saab y acelerar el Lawfare que quiere aplicar Estados Unidos.

Para el momento, Fernando Villavicencio trata, como en ocasiones anteriores, de sentar las bases para involucrar a Saab en hechos que no gozan de sustentabilidad jurídica y por ello están tratando de enviar su caso a Colombia, para que sea ahora Iván Duque quien se encargue de consolidar el Lawfare.

Lo que ellos llamar periodismo de investigación se reduce a difamar

Sorprende más que Villavicencio ha sido el mismo que ha hecho alarde de mantenerse protegido por los gringos, como lo mostró en una entrevista antes de ser miembro de la comisión de fiscalización

Si se hace una evaluación de lo que expone el Departamento del Tesoro estadounidense, se puede ver cómo, para la fecha en que emite el comunicado contra el diplomático venezolano y agente humanitario, dice de forma beligerante que Saab habría sobrevalorado los precios de los contratos sin mostrar ninguna prueba y solo se limita a dar enunciados breves, así como hablar de pago de sobornos de los cuales no muestran nada en concreto.

Lo que llama más la atención es que el ex funcionario del gobierno estadounidense Marshall Billingslea, que fue el encargado de elaborar dicho panfleto, dijo que su fuente principal para perseguir a Alex Saab eran “periodistas como Carla Angola”, evidenciándose el show de mentiras e injurias que se han montado contra el Embajador.

La justicia en Colombia es sinónimo de persecución

Se puede decir que la persecución política contra Alex Naín Saab comienza en Colombia, pues ya en el año 2018 se había montado una orden de detención sin ningún tipo de fundamento, tanto así que uno de los agentes de la DEA llamado Eddy Pinto desclasificó información para advertirle al diplomático que sobre él se había impulsado una persecución sin precedentes.

Estos fueron los motivos por los cuales Alex tuvo que irse de Colombia para residenciarse en Venezuela, mientras que unos días más tarde Interpol generara una alerta azul para ver todos sus movimientos comerciales y darle instrumentos a la OFAC para agregarlo a la lista Clinton, determinando sin ninguna prueba, y que aún no muestran por no tenerla, que Alex estuvo inmerso en negocios turbios, y todo se fundamentaba en la cadena de falsedades montadas por periodistas financiados desde Miami.

Estrategia de “presión”

En el contexto actual, se demuestra cada vez más que el secuestro de Alex Saab es parte de una estrategia de presión contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro para acabar con la Revolución Bolivariana y apropiarse de los recursos naturales y energéticos del país, como lo hacían en el pasado.

El caso es que el secuestro y toma de Alex Saab como rehén ha sido la táctica aplicada por quien se atribuye el rol de policía mundial y hoy trata de infundarle delitos y fabricar testigos y pruebas para que al final el diplomático haga declaraciones contra su propio país, pero no han podido doblegarlo.

Si se hace una comparativa entre los diversos personajes que se han encargado de expoliar la imagen de Alex Saab como Carla Angola, Gerardo Reyes, Maibor Petit y Roberto Déniz, podemos encontrar que hay un universo de contradicciones entre ellos, así como también un financiamiento de parte del gobierno estadounidense y es sobre esta base que tratan de llamar “periodismo de investigación” a lo que en realidad es una campaña difamatoria que busca destruir la Revolución Bolivariana a través del diplomático secuestrado.

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