El representante regional de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Julio Berdegué, manifestó que las naciones que integran la región latinoamericana deben ponerse de acuerdo para garantizar la seguridad alimentaria a sus pueblos y enfrentar los desafíos que dejó el coronavirus.
Durante una entrevista ofrecida a EFE la autoridad regional dijo que la pandemia de Covid-19 boicoteó los logros alcanzados en los últimos 20 años.
“Sus efectos en América Latina y el Caribe fueron tan devastadores como los de una bomba atómica, pues borraron todo lo logrado en las dos últimas décadas en materia de lucha contra el hambre, con el encarecimiento de los insumos agrícolas y con el cambio climático al acecho”, destacó.
Sobre esto, Berdegué expresó su particular preocupación sobre Haití, donde la mitad de la población vive en una situación de inseguridad alimentaria grave. Sin mencionar además el incremento de la criminalidad desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse.
Mencionó que otro caso preocupante es el del llamado Corredor Seco en Centroamérica, una extensa área que corre paralela a la costa del Pacífico desde Chiapas, en México, hasta al occidente de Panamá, dejando tierras áridas también en Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y parte de Costa Rica y donde el cambio climático ha hecho que se pierda la capacidad productiva de los cultivos.
Esta situación ha sido el principal detonante de las caravanas de migrantes desde Centroamérica hacia el norte del continente, ya que el tramo de tierra contempla unos 1.600 kilómetros de largo y de 100 a 400 kilómetros de ancho, y concentra al 90% de la población de centroamericana y las principales capitales de esta región geográfica.
Según Berdegué, otras amenaza es el encarecimiento de los costos de los insumos agrícolas que terminan repercutiendo en la inflación significativa de los alimentos.
Ante esta circunstancia, hizo un llamado a la coordinación regional para enfrentar conjuntamente estas vicisitudes, vinculadas en cierta medida al precio de la energía, el transporte y los problemas que existen en la logística internacional.
“Es una amenaza que requiere que los Gobiernos de la región se coordinen entre sí porque ningún Gobierno solo puede enfrentar esto», expresó.
Por otra parte, el representante de la FAO insistió en que los agricultores deben adaptar sus sistemas de producción a una realidad con menos agua, o con temperaturas diferentes a las que se tenía antes, pero para esto se requiere invertir en innovación y tecnología.
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Programas de protección
Alabó que algunos países mantuvieran sus programas de alimentación escolar pese al cierre de los centros educativos, pues en la región 84 millones de niños reciben alimentos en sus escuelas y para 10 millones de ellos, esa es la comida del día.
El representante consideró «indispensable» mantener estos programas de protección social mientras las familias que perdieron sus ingresos no se hayan recuperado plenamente y ahí pidió a los Gobiernos tratar de proteger esa ayuda pese a las limitaciones presupuestarias y el endeudamiento que también son consecuencia de la pandemia.
«En América Latina, comida hay, lo que falta es dinero para comprarla. Entonces en la medida en que se recuperen la economía y el empleo, eso va a ayudar muchísimo a disminuir las tasas de hambre», agregó.
Retos
Finalmente, explicó que uno de los retos centrales para la región se aquí en adelante será impulsar su aparto productor de alimentos y garantizar la seguridad alimentaria sin afectar el medioambiente y con mucha más inclusión social, “porque no podemos ser una gran potencia exportadora de comida y tener 60 millones de habitantes con hambre o 48 % de la población en pobreza», añadió.
“América Latina posee una enorme capacidad de innovación, pero es necesario que las políticas públicas den más oxígeno financiero a estas iniciativas que nacen desde las áreas rurales y a la
ciencia y tecnología, que se necesitan mutuamente”.
Venezuela y avances en materia de atención social
El pasado 10 de febrero, la República Bolivariana de Venezuela participó en el 60° periodo de Sesiones de la Comisión de Desarrollo Social de las Naciones Unidas, para presentar los avances en materia de atención social en medio del bloqueo económico y la pandemia mundial del Covid-19.
El ministro para la alimentación Carlos Leal Tellería manifestó la urgencia de abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y muy especialmente el 1 y 2 relativos al “Fin de la Pobreza” y al “Hambre Cero”.
Desde la llegada del Covid-19, el Gobierno Bolivariano consciente de su situación de bloqueo redobló esfuerzo y amplío su cooperación con los países aliados, además de apoyar el reimpulso de plataformas como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA-TCP), esta última vital para paliar los efectos provocados por los desastres naturales en la región.
