El jefe militar de Estados Unidos (EE.UU.) de mayor rango, general Mark Milley, viajó a las proximidades de la frontera polaco-ucraniana este martes y habló por primera vez, cara a cara, con su contraparte ucraniano, general Valerii Zaluzhnyi, una reunión que demuestra los lazos crecientes entre las dos fuerzas armadas y la participación activa de la nación norteamericana en el conflicto bélico.
El primer encuentro presencial entre el Jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU y el comandante del ejército ucraniano tuvo lugar en un sitio no revelado en el sureste de Polonia.
EE.UU. y la coalición de naciones europeas están ampliando el entrenamiento de tropas y proporcionando una batería de misiles Patriot, tanques, defensa aérea y otras armas a Ucrania, que lejos de alentar la paz, prolongan la confrontación armada con Rusia.
El coronel Dave Butler, vocero de Milley, dijo a dos periodistas que viajaban con el jefe que los dos generales consideraban importante reunirse en persona.
“Los dos han estado hablando de manera regular desde hace un año y han llegado a conocerse”, dijo Butler. “Han hablado en detalle sobre la defensa que intenta Ucrania frente a Rusia. Y es importante… cuando dos militares profesionales se miran a los ojos y hablan de asuntos muy, muy importantes, hay una diferencia”.
El pasado 6 de enero, EE.UU. anunció el más cuantioso paquete de “ayuda” a Ucrania, valorado en más de 3.000 millones de dólares, que incluye 50 vehículos blindados Bradley, obuses autopropulsados, vehículos MRAP (protegidos contra emboscadas resistentes a las minas), 500 misiles de defensa aérea y otras armas y municiones.
Este lunes, la cadena televisiva CNN divulgó que, detrás de esta dotación de equipamiento bélico, se esconde que EE.UU. utiliza a Ucrania como un laboratorio para comprobar qué armas realmente son eficaces en una guerra moderna y cuáles quedaron en desuso.