Líderes de la izquierda latinoamericana rechazaron el fallo del Congreso peruano que destituyó este miércoles al presidente Pedro Castillo, quien posteriormente fue detenido luego de que fuera aprobada una tercera moción de vacancia después del anuncio de disolución del Parlamento hecho por el ahora exmandatario.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) lamentó que, «por intereses de las élites económicas y políticas», que crearon un ambiente de confrontación y hostilidad contra Pedro Castillo, el ex jefe de Estado se viera obligado a tomar decisiones que le sirvieron a sus adversarios para «consumar su destitución».
«Ojalá se respeten los derechos humanos y haya estabilidad democrática en beneficio del pueblo», expresó el mandatario mexicano.
Es un principio fundamental de nuestra política exterior la no intervención y la autodeterminación de los pueblos. A eso nos ceñimos en el caso de lo sucedido en Perú. Sin embargo, consideramos lamentable que por intereses de las élites económicas y políticas, 1/3
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) December 7, 2022
Entretanto, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, lamentó lo sucedido en el país suramericano y pidió que se respeten la democracia y los derechos humanos del pueblo peruano.
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, quien fuera víctima de un golpe de Estado en 2019-, expresó su profunda preocupación por la crisis política que atraviesa Perú e hizo un llamado a «que se respete ante todo la Constitución y los más altos intereses del pueblo peruano», escribió Morales.
Nuestra profunda preocupación por la crisis política que afecta a la hermana República del Perú. Pedimos que se respete la seguridad, el derecho a la vida y convivencia pacífica y democrática. Que se respete ante todo la Constitución y los más altos intereses del pueblo peruano.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) December 7, 2022
También el Gobierno de Colombia expresó su inquietud ante la crisis política de Perú, y a través de un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresó su solidaridad con el pueblo peruano y llamó al diálogo entre todos los actores políticos en favor de la democracia.
«Colombia condena todo atentado contra la democracia, venga de donde venga, y recuerda que la democracia requiere el reconocimiento de la voluntad popular expresada tanto en las elecciones para presidente como para el congreso», se lee en el texto.
La cancillería de Argentina hizo un llamado a resguardar las instituciones democráticas, mientras que el Gobierno de Chile lamentó la situación política que se vive en Perú y expresó su confianza en que la crisis se resolverá por la vía democrática.
«Nuestro país hace un llamado enfático a que se respeten los derechos humanos y las libertades fundamentales, y reafirma su compromiso con la democracia y el diálogo como el camino para superar este complejo momento», reza el tuit.
Argentina lamenta y expresa su profunda preocupación por la crisis política que atraviesa la hermana República del Perú, y hace un llamado a todos los actores políticos y sociales a que se resguarden las instituciones democráticas, el estado de derecho y el orden constitucional.
— Cancillería Argentina 🇦🇷 (@CancilleriaARG) December 7, 2022
El Gobierno de Chile lamenta profundamente la situación política que está viviendo la República del Perú, y confía en que esta crisis que afecta a un país hermano se pueda resolver a través de mecanismos democráticos y el respeto al Estado de Derecho.
— Cancillería Chile 🇨🇱 (@Minrel_Chile) December 7, 2022
Mandato convulso
Castillo llegó a la presidencia en 2021, y en unas elecciones muy atomizadas logró imponerse en segunda vuelta a la derechista Keiko Fujimori -quien tiene cuentas pendientes con la justicia peruana-, y hasta el momento solo había sido conocido como líder magisterial por encabezar una huelga en 2017.
De origen campesino y andino, la mayoría de los sectores históricamente excluidos por la política peruana se identificaron con él, porque lo vieron como uno de los suyos llegando por primera vez a la presidencia.
Una de las principales promesas de Castillo fue la convocatoria a una Asamblea Constituyente, la cual nunca pudo arrancar debido a las trabas del Congreso controlado por la derecha, que desde el principio intentó desconocer su elección bajo acusaciones de fraude electoral.
Cuando apenas había cumplido cuatro meses de gobierno, la ultraderecha presentó un primer pedido para destituirlo alegando “incapacidad moral permanente” del presidente por denuncias de corrupción que estaban en investigación, el cual no prosperó por no contar con los votos necesarios.
En marzo, la derecha volvió a intentar sacar al presidente por la misma causa y los mismos argumentos. Volvió a fracasar al lograr solo 55 votos.