Las autoridades iraníes lograron desactivar 30 bombas que estallarían en zonas desamente pobladas de Teherán, en un operativo coordinado este domingo.
Según informó la agencia de noticias Tasnim 28 terroristas pertenecientes al Estado Islámico fueron detenidos en operaciones simultáneas en las provincias de Alborz y Azerbaiyán Occidental y confesaron vinculos vínculos con yihadistas en Siria, Afganistán, Pakistán y la región semiautónoma del Kurdistán iraquí.
El Ministerio de Inteligencia de Irán reveló que el objetivo de esta célula extremista era estallar las bombas el mismo día del aniversario de la muerte de Mahsa Amini, una jóven que falleció en septiembre pasado bajo custodia policial, tras haber sido detenida por no llevar adecuadamente el velo.
El Estado Islámico (EI) ha reivindicado diversos ataques en Irán en el pasado, incluyendo dos mortales atentados con bombas en 2017 que tenían como objetivos el parlamento de Irán y la tumba del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruhollah Jomeini.
El grupo extremista también asumió la responsabilidad de un ataque contra un santuario chiíta en octubre de 2022, en el que perdieron la vida 15 personas en la ciudad de Shiraz, ubicada en el suroeste del país.