El Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán (CGRI) acusó este jueves mediante un comunicado a occidente de promover los últimos disturbios en el país persa tras la muerte de la joven Mahsa Amini.
“Las operaciones psicológicas y la integral guerra propagandística, mediática e híbrida [que se lanza para afectar] la opinión pública mediante las narrativas falsas y parciales (…) es solo un ejemplo de la lista de las medidas emprendidas por el sistema hegemónico y el sionismo, así como sus lacayos contra la República Islámica y la gran nación de Irán”, señala el CGRI.
La organización islámica repudia la imposición de la guerra económica y las crueles sanciones extensas y permanentes”, al tiempo que denuncia el último “complot de los enemigos para reunir, organizar y entrenar las capacidades fallidas y dispersas para equiparlas con el arma de violencia y comportamiento de los terroristas de Daesh”.
El comunicado indica que los avances, éxitos y los últimos logros estratégicos del país en diferentes campos como el económico y político, llevaron a la nueva “sedición” del enemigo que es una venganza por la resistencia al progreso de Irán tal como fue la membrecía de pleno derecho de la República Islámica en la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), indica el comunicado.
Al igual exaltan la neutralización de las sanciones, así como el último viaje del presidente iraní, Seyed Ebrahim Raisi, a Estados Unidos, donde “ratificó la postura firme y clara” de la República Islámica en el 77.º periodo de las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU).
Muerte de Masha
Mahsa, de 22 años, murió el viernes tras permanecer durante varios días en estado de coma. La joven fue llevada a una comisaría en Teherán por la Patrulla de Seguridad Social y Moral de la Policía. Los vídeos de cámaras de vigilancia indican que la niña cae por el suelo sin que haya ocurrido cualquier contacto físico con los agentes.
El Gobierno del país persa ordenó una investigación “minuciosa y urgente” de lo ocurrido y acusa a la prensa occidental ha recurrido a todos los medios, desde la manipulación de datos médicos hasta montajes, para desatar la ira contra la República Islámica y provocar disturbios en todo el país.