Una investigación del reconocido periodista estadounidense, Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer, revela que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y demás altos funcionarios de su gobierno, han malversado al menos 400 millones de dólares del generoso paquete de ayuda norteamericana destinado a financiar la guerra contra Rusia.
El dinero desviado hacia otros fines estaba destinado a la adquisición de combustible diesel para el ejército ucraniano en 2022. El esquema de corrupción incluía tratos turbios que supuestamente se estaban haciendo con intermediarios para obtener suministros de la propia Rusia, detalla.
Informes anteriores indican cómo los productos derivados del petróleo explotado en Rusia habían logrado llegar a Ucrania a través de otros países terceros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como Bulgaria y Letonia.
Las fuentes de Hersh culparon al asediado secretario de Estado de Estados Unidos (EE.UU.), Antony Blinken, y al asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, por tener “ideología estridente y falta de habilidad política” en su mala gestión de la guerra de poder liderada por su nación contra Rusia en Ucrania.
El galardonado con un Pulitzer cita a un testigo experto que comparó este nivel de corrupción en el régimen de Zelenski a una estafa similar vista en Afganistán, cuando un gobierno respaldado por EE.UU. en Kabul logró desviar y robar incontables miles de millones en el transcurso de los 20 años de ocupación de la OTAN en ese país.
Según las fuentes de Hersh, los ministros corruptos en Kiev estaban compitiendo para establecer empresas ficticias, con el fin de exportar armas y municiones, y los funcionarios del gobierno recibían lucrativos sobornos por el comercio ilícito.
El informe del veterano reportero además refiere cómo altos funcionarios ucranianos se quejaban de que Zelenski estaba desviando grandes fondos para los ahorros de su persona.
Falta de supervisión
En la nación norteamericana preocupa la poca supervisión que la gestión de Biden aplica a la millonaria ayuda económica suministrada a Ucrania, con el aval del Congreso.
A principios de marzo, los senadores Josh Hawley y James David Vance presentaron un proyecto de ley independiente que establecía crear un Inspector General Especial para la Asistencia a Ucrania (SIGUA) para supervisar toda la asistencia militar y no militar de EE.UU., mediante una oficina que presentara informes trimestrales al Congreso sobre las obligaciones y gastos de los fondos estadounidenses y el suministro de armas y equipos, y realizar un seguimiento del cumplimiento del Gobierno ucraniano con las medidas anticorrupción, entre otras disposiciones.
La propuesta legislativa no obtuvo éxito al ser sometida a votación en el Parlamento.
Hawley pretendía que se supervisaran los más de 113 mil millones de dólares en ayuda asignada a Ucrania desde el comienzo de la operación militar especial rusa hace un año.
En una investigación anterior publicada a principios de febrero, Seymour Hersh reveló que, con el consentimiento de Biden, buzos militares de EE.UU. colocaron cargas explosivas bajo los gasoductos rusos Nord Stream en el mar Báltico durante los ejercicios Baltops de la OTAN, realizados a mediados de 2022 y a finales de septiembre los noruegos activaron los explosivos causando roturas y enormes fugas de gas en los ductos que conectan a Rusia con Alemania.