Una investigación divulgada por el New York Times, expuso un entramado articulado por un gobernador de Estados Unidos (EE.UU.) para reclutar inmigrantes con fines políticos y cobrar el presupuesto estadal, destinado a la protección de las persones provenientes de otros países.
En junio, el gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, reservó la cantidad exorbitante de 12 millones de dólares con el fin de crear un programa para sacar de su estado a inmigrantes indocumentados.
Sin embargo, el programa jamás existió, al menos no de la manera que lo presentó, y tampoco se hicieron públicos los contratos estatales que detallan el gasto. Lo que, si se descubrió, es que DeSantis contrató a empresas de transporte de su confianza para trasladar a solicitantes de asilo venezolanos desde San Antonio, Texas, hasta Masacchussettes.
Texas, el estado de EE.UU. con mayor afluencia de inmigrantes, y ubicado a miles de kilómetros de Florida, sirvió de epicentro para encontrar a personas vulnerables que llenaran estos vuelos charter, ejecutados por una compañía aérea vinculada políticamente al gobernador de La Florida.
Todas estas operaciones clandestinas se llevaron a cabo, sin que el gobernador Greg Abbott lo supiera.
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Entramado
Vertol Systems, ofrece servicios de mantenimiento y capacitación en aviación. A lo largo de los años, la compañía se fue relacionando con los poderosos del partido republicano en Florida.
Los registros de juzgados muestran que Vertol fue representada en una ocasión de litigio por Matt Gaetz, ahora congresista republicano y aliado cercano de DeSantis.
Vertol y su jefe, James Montgomerie, también hicieron donativos a legisladores republicanos entre ellos Gaetz y el representante Jay Trumbull, quien encabezó el Comité de Asignaciones este año cuando los legisladores destinaron el dinero para el programa.
Registros del estado de Florida muestran que el 8 de septiembre, le pagaron 615.000 dólares a Vertol Systems, y, menos de dos semanas después, otros 950.000 dólares.
El engaño
El panfleto, revisado por el Times y entregado a los migrantes, prometía “hasta ocho meses de asistencia en efectivo” para los refugiados “elegibles por ingresos” en Massachusetts, al parecer imitando las prestaciones que se les ofrece a los refugiados que llegan a Estados Unidos a través del programa oficial de reubicación del país, del que no formaban parte los venezolanos.
“Nos engañaron en Panamá, Costa Rica, Nicaragua, México, y luego en Estados Unidos”, dijo Carlos Guanaguanay, de 25 años, quien fue abordado por la mujer de nombre Perla, la reclutadora, cuando recorría los pasillos de un supermercado cercano a un albergue donde se había estado hospedando en San Antonio.
Le había dicho que buscaba trabajo y ella le hizo una oferta que le pareció difícil resistir.
Los hombres, mujeres y niños que se apuntaron para viajar, volaron desde San Antonio y aterrizaron primero en Crestview, Florida. Los migrantes no bajaron del avión, el vuelo hizo otra escala en Carolina del Sur antes de llegar a su destino final en Martha’s Vineyard el 14 de septiembre.
Una vez ahí, dijeron varios migrantes en entrevistas, unas camionetas que los estaban esperando los llevaron cerca de un centro comunitario, adonde se les dijo que tocaran la puerta. La mujer que abrió no sabía quiénes eran y tampoco hablaba español.
