Luego de recuperar la emblemática Casa de la Cultura, un grupo de indígenas intentó ingresar a la Asamblea Nacional de Ecuador, pero fueron dispersados por bombas lacrimógenas lanzadas por funcionarios policiales.
El país sudamericano cumplió este jueves 11 días de protestas encabezadas por la comunidad indígena para exigir al gobierno de Guillermo Lasso reformas sociales y económicas, en el marco de una economía golpeada por la inflación y el desempleo.
En medio de todo el caos, el presidente ecuatoriano informó que había resultado positivo para Covid-19, y que cumpliría los protocolos de aislamiento.
Más de 300 organizaciones de la sociedad civil han hecho un llamado al diálogo entre las partes en conflicto y se organizaron alrededor de lo que ahora se denomina Comisión Convocante.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) expuso diez condiciones para que el diálogo pueda llevarse a cabo.
Entre las demandas está la reducción y congelación de los precios de todos los combustibles, el control de precios de productos esenciales, el compromiso del Gobierno de que no se privatizarán empresas estatales y de que no se ampliarán ni darán nuevas concesiones mineras y petroleras en la Amazonía.
Guillermo Lasso rechaza condiciones de Conaie para el diálogo
En un principio, las manifestaciones se concentraron únicamente en la región norteña de Pichincha, que incluye a la capital, Quito, y los vecinos Cotopaxi e Imbabura. Pero en la mayoría de las 24 provincias ecuatorianas ha habido algún tipo de movilización.
Sin embargo, Lasso decretó el estado de excepción, el cual restringe el libre tránsito y permite que las autoridades implementen el uso «progresivo de la fuerza» para «neutralizar las acciones violentas».
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