El exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, publicó recientemente el libro “Liderazgo: seis estudios sobre estrategia mundial”, con el que ofrece un análisis de la visión y logros históricos de líderes posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
A sus 99 años, Kissinger, funcionario durante los mandatos de Richard Nixon y Gerald Ford, abordó en su último título las estrategias del excanciller alemán Konrad Adenauer; del expresidente francés Charles DeGaulle; así como del expresidente estadounidense Richard Nixon; Anwar Sadat, expresidente de Egipto; del exprimer ministro de Singapur, Lee Kuan-Yew, y Margaret Thatcher, expprimera ministra del Reino Unido.
En este sentido, el periódico estadounidense The Wall Street Journal reseñó que Kissinger manifestó en una oportunidad su interés en “escribir un libro sobre la construcción de la paz y el final de la paz en el Siglo XIX, comenzando con el Congreso de Viena”, y eso se convirtió en un libro, y “luego tuve alrededor de un tercio de un libro escrito sobre Bismarck, y terminaría con el estallido de la Primera Guerra Mundial”, precisó el autor.
Reflexión contemporánea
Sobre el libro, Kissinger señaló que “es una especie de continuación. No es solo una reflexión contemporánea”, sobre la geopolítica mundial; sin embargo, el periodista mexicano Rafael Pérez Gay, que publica sus trabajos bajo el seudónimo de “Gil Gamés” buscó, durante una entrevista con el autor, una comparativa entre grandes líderes de la Unión Soviética, entre ellos: Lenín, Stalin, Leonid Brezhnev y Nikita Jrushchov, con el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Kissinger comparó al mandatario ruso con Jruschov, quien “quería reconocimiento. Quería afirmar la importancia de su país y ser invitado a América. El concepto de igualdad era muy importante para él”.
“En el caso de Putin, esto es aún más agudo, porque considera el colapso de la posición rusa en Europa a partir de 1989 como un desastre estratégico (…) Realmente no comparto la opinión de muchas personas que piensan que él quiere recuperar todo el territorio que se perdió. Lo que él no puede soportar es que todo el territorio entre Berlín y la frontera rusa caiga en manos de la OTAN”.
Rusia y Ucrania
Señaló que la situación entre Rusia y Ucrania “es por el equilibrio de poder. Pero en otro nivel, tiene aspectos de una guerra civil, y combina un tipo de problema internacional clásicamente europeo con uno totalmente global”. Cuando termine esta guerra, la cuestión será si Rusia logra una relación coherente con Europa”.
“Creo que el equilibrio de poder es una condición previa para otras cosas, pero no es un fin en sí mismo. El equilibrio de poder por sí solo no garantiza la estabilidad, pero sin equilibrio de poder, no se puede tener estabilidad”, agregó.
En referencia a la utilización de las armas nucleares, manifestó que no cree que la situación contemporánea sea única en este sentido.
“Tenemos armas nucleares desde hace 80 años y se han gastado billones en fabricarlas. Desde 1945, nadie se ha atrevido a usarlas, ni siquiera contra países no nucleares, subrayó.
