El director ejecutivo del gigante gasístico Gazprom, Alexéi Miller, declaró este domingo que los clientes de la empresa energética rusa corren el riesgo de quedarse sin suministros, ya que la compañía no planea trabajar en detrimento de los contratos vigentes.
Miller afirmó que la medida se cumplirá en caso de que se decida “imponer unilateralmente un tope de precios a los hidrocarburos rusos”.
«Nos regimos por los contratos firmados. Una decisión unilateral así, obviamente es una violación de los términos substanciales del contrato que conlleva al cese de los suministros», explicó en el programa ‘Moscú. Kremlin. Putin’ del canal local Rossiya 1.
Las declaraciones del directivo de Gazprom surgen luego de la propuesta de la secretaria del Tesoro de Estados Unidos (EE.UU.), Janet Yellen, de limitar el precio del petróleo ruso a 60 dólares por barril, en un intento de reducir los ingresos energéticos de Moscú.
Yellen indicó que en los últimos cinco o siete años el país euroasiático estaba dispuesto a vender crudo por ese precio. «Así que ciertamente un precio en ese rango sería suficiente para sentir que Rusia podría producir y vender petróleo de forma rentable», agregó.
Como parte de un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, la Unión Europea (UE) decidió a inicios de octubre, limitar el precio del petróleo de Moscú a terceros países, lo que aumenta la hostilidad de los 27 países miembros del organismo en contra del Kremlin.
El octavo paquete de sanciones adelanta a la prohibición importar crudo ruso por gasoducto a partir del 5 de diciembre, e introduce también estrictas prohibiciones a la importación de algunos productos rusos. Tal es el caso del acero y los plásticos, que tienen un valor aproximado de 7.000 millones de euros para el Kremlin.
En este contexto, el pasado 2 de septiembre, Gazprom informó la suspensión completa e indefinida del flujo de gas, producto de una fuga de aceite detectada, que no se solventará mientras sigan vigentes las “sanciones” contra Rusia en represalia a la operación militar especial en Ucrania.
La situación energética se agravó con los recientes ataques a los gasoductos Nord Stream 1 y 2. Mientras que los precios del gas en Europa se duplicaron con creces desde principios de año debido a la disminución del suministro ruso.
