Miles de franceses tomaron desde tempranas horas las calles de las mayores ciudades del país este sábado, en la séptima jornada nacional de protestas contra el proyecto de reforma de pensiones que eleva a dos años la edad de la jubilación de los trabajadores, el cual el Senado somete a debate hasta mañana.
Las movilizaciones y huelgas con impacto en el transporte ferroviario y aéreo se sentirán con fuerza en la capital París y ciudades como Toulouse, Nice, Strasbourg, Marsella, Lyon, Burdeos, Lille y Montpellier.
Con 201 votos a favor, 115 en contra y 29 abstenciones, el Senado francés aprobó la noche del miércoles el polémico artículo del proyecto legislativo que aumentaría de 62 a 64 años la edad de jubilación para 2030.
Las marchas de este sábado siguen a las multitudinarias protestas del 7 de marzo, cuando la Confederación General del Trabajo (CGT) estimó en tres millones 500 mil los participantes, una de las mayores de la historia republicana.
Las principales centrales sindicales del país recomiendan al gobierno de Emmanuel Macron no «jugar con fuego», ya que las movilizaciones en todo el país continuarán por tiempo indefinido. Philippe Martínez, líder de la CGT, propuso al mandatario y sus ministros que si están tan seguros de que su iniciativa es necesaria y la única posible, que consulte a los ciudadanos.
Solicitud de reunión negada
En la víspera, el presidente Macron negó la solicitud a una reunión urgente con los sindicatos para abordar la reforma. Los gremios realizaron la petición en una carta, en la cual denunciaron que el jefe de Estado y el Gobierno insisten en ignorar el rechazo a la iniciativa, que también es criticada por el aumento del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de jubilación.
El Jefe de Estado respondió en una misiva que transcurre el momento parlamentario y que ya el Ejecutivo concertó con los actores sociales.
Tanto en la Asamblea Nacional como en el Senado, el proyecto ha desencadenado férreas batallas entre defensores y detractores del texto. En la Asamblea, la oposición impidió el voto en primera lectura del proyecto mediante la estrategia de presentar enmiendas, pero en el Senado, el oficialismo encontró el apoyo de la fuerza dominante: los conservadores aliados a Macron.
De esta manera, la cámara alta parece encaminada a votar mañana la reforma, sin que ello implique el fin del combate parlamentario. La próxima semana se reunirá una comisión mixta de senadores y diputados antes de devolver el proyecto de ley a la Asamblea Nacional, que tendrá hasta el 26 de marzo para decir la última palabra en el ámbito legislativo.
Si las dos cámaras del Parlamento no llegan a un consenso sobre la reforma de pensiones, el Gobierno puede plegarse al artículo 49.3 de la Constitución, el cual permite adoptar una iniciativa sin el voto parlamentario, recurso utilizado una decena de veces a finales del 2022 para aprobar leyes vinculadas con el presupuesto.
El ministro de Trabajo, Olivier Dussopt, anunció el viernes que utilizarían un mecanismo constitucional para saltarse los cientos de enmiendas presentadas por la oposición para bloquear la propuesta gubernamental.
La última reforma de las pensiones en Francia, en 2011, elevó la edad de jubilación de 60 a 62 años.
