La unidad de crisis del Gobierno francés fue activada este viernes, tras el anuncio realizado por la primera ministra de ese país, Elisabeth Borne, en el cual advirtió que Francia enfrenta la «sequía más severa» jamás registrada.
A través de una declaración escrita, Borne resaltó que muchas áreas en la nación europea están viviendo una «situación histórica», como consecuencia de la tercera ola de calor que sufre el país este verano.
«La sequía excepcional que estamos viviendo actualmente está privando de agua a muchos municipios y es una tragedia para nuestros agricultores, nuestros ecosistemas y la biodiversidad», expresó Borne.
Asimismo, la declaración emitida subraya que los pronósticos meteorológicos indican que el extremo calor de hasta 40 grados, podría mantenerse durante los próximos 15 días, volviendo la situación aún más preocupante.
Mientras tanto, el gobierno francés monitoreará la situación en las zonas con mayor afectación, a través de la unidad de crisis, con el fin de coordinar medidas como el traslado de agua potable y otras acciones para atender a la población.
Además, controlará el impacto de la sequía en la producción energética, la infraestructura de transporte y la agricultura.
Restricciones
Cerca del 70% de la electricidad de Francia depende de la energía nuclear. Sin embargo, ante este escenario, el gigante energético francés, informó sobre el corte temporal de la producción de energía en dos de sus plantas nucleares que utilizan agua de río para enfriar los reactores.
La compañía alertó que al menos una planta más podría verse afectada en los próximos días por las altas temperaturas en el río Ródano.
El país ahora tiene 62 regiones con restricciones en el uso del agua, debido a la falta de lluvia.
Estas restricciones incluyen desde prohibiciones de riego durante las horas más cálidas del día hasta el uso del agua solo para la poblaciones, el ganado y la vida de las especies acuáticas.
«Más de 100 municipios ya no pueden proporcionar agua potable al grifo y necesitan abastecerse en camiones», dijo el ministro para la Transición Ecológica, Christophe Béchu.
Agregó que «cuanto peor es la situación, más priorizamos el agua potable en comparación con otros usos».