La explosión de una bomba en el oeste de Kabul en Afganistán, dejó al menos ocho personas muertas y 18 heridas, según refiere el último balance proporcionado por el principal portavoz talibán y viceministro de Información, Zabihulá Muyahid.
De acuerdo con el portavoz de la Policía de Kabul, Jalid Zadran, la detonación ocurrió en un mercado ubicado en una zona residencial en el barrio de Sarkariz, en el distrito 6 de la capital. Además, señaló que los explosivos se encontraban ocultos en un carrito de helados.
Por su parte, Muyahid escribió en su Twitter un mensaje de «enérgica condena al atentado», del que responsabilizó a «aquellos que son enemigos del Islam y del país, a quienes no les importa la seguridad y la felicidad de la nación».
Hasta ahora ningún grupo ha asumido la responsabilidad del ataque, pero la organización yihadista Estado Islámico (EI) suele perpetrar esta clase de atentados dada su rivalidad con la autoridad talibán que ahora mismo gobiernan el país.
Continuos ataques
En abril, el EI reivindicó un atentado con explosivos en una mezquita chií en el que murieron doce personas y otras 34 resultaron heridas en pleno Ramadán. Esa misma semana, otras seis personas fallecieron y quince resultaron heridas después de un ataque con explosivos en varios centros educativos de la minoría chií hazara en el oeste de Kabul.
Desde su llegada al poder, los talibanes han lanzado varias operaciones contra el Estado Islámico en diversos puntos del país, deseosos de demostrar que su regreso había supuesto también el fin de la violencia en Afganistán.
La garantía de la seguridad y el control del yihadismo fue una de las grandes reivindicaciones de los talibanes en los territorios bajo su control durante la guerra con el Gobierno depuesto y las fuerzas internacionales.