El Senado de Estados Unidos (EE.UU.) aprobó este miércoles un incremento en el presupuesto de defensa para el año 2022, valorado en 768.000 millones dólares y que refleja la nueva política de Washington para dejar atrás Afganistán y centrar sus esfuerzos en China y Rusia.
En este sentido, la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés) fue aprobada con 89 votos a favor y 10 en contra y, ahora, será enviada a la Casa Blanca para que el presidente estadounidense, Joe Biden, la firme y pueda entrar en vigor.
El proyecto incluye 24.000 millones de dólares más de los que había pedido Biden para el Pentágono y supone un crecimiento del 5 % con respecto al año anterior, algo que ha enfurecido al progresista del Partido Demócrata Bernie Sanders que quería que se recortara el presupuesto para defensa tras el fin de la guerra de Afganistán.
La medida recoge 7.100 millones de dólares para «mejorar la capacidad de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en el Océano Pacífico» con la idea de hacer frente a China y, además, destina 300 millones a la alianza militar con Ucrania frente a Rusia.
Como cada año, recoge una subida de salario para las tropas, que esta vez será del 2,7 por ciento. Además, establece la creación de una comisión independiente para evaluar la guerra en Afganistán, la más larga de la historia de Estados Unidos y a la que Washington puso fin con la evacuación de sus tropas, nacionales y colaboradores afganos el pasado 30 de agosto.