Una fuente cercana a la organización de la cita mundialista dijo a Reuters que los estadios de Qatar estarán libres de alcohol, y que la venta de cerveza y otras bebidas alcohólicas solo se permitirá antes y después de algunos partidos.
«A diferencia de las anteriores zonas de aficionados de la Copa Mundial, no se servirá cerveza durante todo el día, sino en horarios restringidos y en ciertas zonas como el parque Al Bidda de Doha, en la capital qatarí», explicó la fuente.
Informó que en los estadios los planes aún se están desarrollando, pero la discusión actual es permitir que los fanáticos tomen cerveza al llegar y al salir del estadio, “pero no se servirá cerveza durante el partido”.
El Mundial de este año será el primero que se celebra en un país musulmán con estrictos controles sobre el alcohol, lo que supone un reto único para los organizadores de un evento que suele asociarse con los aficionados al consumo de cerveza y que está patrocinado por marcas cerveceras mundiales.
Desde que el país árabe del Golfo obtuvo los derechos de organización en 2010, ha habido una interrogante sobre la ingesta de alcohol en el torneo de este año, porque su consumo está prohibido en lugares públicos.
Cabe destacar que en 2014, Brasil tuvo que levantar las medidas restrictivas sobre bebidas alcohólicas tras la presión de la FIFA.
Otras de las áreas designadas adicionales al torneo, será el Club de Golf de Doha, a unos kilómetros de los estadios y de la zona principal de aficionados, aunque los precios aún no se han acordado.
El precio habitual de las cervezas es de 10 dólares como mínimo, dependiendo de la marca podría ser superior, ya que Qatar no fabrica cervezas, solo se ofrecen marcas internacionales. En hoteles y clubes con licencia, un vaso de cerveza puede costar hasta 18 dólares.