Luego que se conociera este viernes la decisión de Reino Unido de aprobar la extradición a Estados Unidos (EE.UU.) del fundador de Wikileaks, Julian Assange, para enfrentar cargos penales, su esposa Stella Moris aseguró que apelará la medida.
“Vamos a luchar contra esto. Vamos a utilizar todas las vías de apelación”, dijo Moris a los periodistas durante una rueda de prensa, aseverando que pasará “cada hora del día luchando por Julián hasta que esté libre, hasta que se haga justicia”.
Expresó que espera que el gobierno de Australia tome acciones y brinde protección a Assange, al tiempo que señaló que el primer ministro electo de ese país, Anthony Albanese, se pronunció sobre el caso y dijo que ya había sido suficiente con el trato al fundador de WikiLeaks, refiere el portal web de Aristegui Noticias.
“Este es un caso político. Tiene que ser resuelto en los niveles más altos. Dejemos de fingir que no hay legalidad (…) lo único que se exhibe es la ilegalidad. La ilegalidad de jugadores poderosos que están tratando de mantener a Julián silenciado para siempre. Es ciudadano australiano, él tiene derechos y, por supuesto, el gobierno australiano tiene que defender a sus ciudadanos”, aseveró Moris.
Sus partidarios dicen que es un héroe antisistema que ha sido victimizado porque expuso las irregularidades de Estados Unidos en los conflictos en Afganistán e Irak, y que su enjuiciamiento es un ataque al periodismo y la libertad de expresión por motivos políticos.
La extradición de Assange fue firmada por la ministra del Interior británica, Priti Patel, lo que acerca a su fin su prolongada saga legal.
“Reino Unido no debería estar haciendo eso. No debería estar participando en la persecución en nombre de una potencia extranjera que busca venganza. Esa potencia extranjera que cometió crímenes que Julián puso a la luz del sol. Crímenes concretos específicos que no han sido procesados, que simplemente han sido empujados debajo de la alfombra”, refirió su esposa ante la decisión.
Partidarios de Assange dicen que es un héroe que ha sido victimizado porque expuso las irregularidades de Estados Unidos en los conflictos en Afganistán e Irak, y que su enjuiciamiento es un ataque al periodismo y la libertad de expresión por motivos políticos.
Las autoridades estadounidenses acusan al periodista del 18 cargos, incluido el de espionaje, relacionados con la publicación por parte de WikiLeaks de grandes cantidades de registros militares confidenciales de Estados Unidos y cables diplomáticos que, según Washington, pusieron vidas en peligro.
