En medio de la inconmensurable tragedia que viven Türkiye y Siria, la ciudad turca de Erzin se mantuvo a salvo del desastre, sin víctimas ni derrumbes, pese a estar en el epicentro de los terremotos que sacudieron ambos países el pasado 6 de febrero.
El alcalde Okkes Elmasoglu prohibió de forma terminante las construcciones ilegales en la ciudad de 42 mil habitantes ubicada en la provincia sureña de Hatay, una de las más golpeadas por los sismos.
En una entrevista con el canal turco TV5, la autoridad municipal afirmó que “no tenemos derrumbes. No hay víctimas ni muertos como consecuencia del terremoto».
Elmasoglu atribuyó la falta de víctimas de los sismos a la prohibición de toda infracción de las normas de construcción y a las estrictas inspecciones: «no hice ninguna concesión en este asunto», recalcó.
Hatay’da can kaybı olmayan tek ilçe olan Erzin’de Belediye Başkanı Ökkeş Elmasoğlu:
“Tek bir kaçak yapıya izin vermedim. Bana herkes kızdı, memlekette tek doğru adam sen misin dediler! Şuan da vicdanım rahat.”pic.twitter.com/4fLxSonsLQ
— Tıp Dünyası (@dunyadantip) February 11, 2023
Pocos daños
El alcalde dijo que, pese a que sus políticas pudieran generar descontento, lo más importante es que su conciencia está tranquila.
«Tenemos algunos edificios muy dañados. Pero estos son ciertos resultados naturales de dos fuertes terremotos como el de 7,7», dijo Elmasoglu.
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Cambio de mentalidad
Elmasoglu señaló que en Erzin los edificios más altos tienen 6 plantas, e insistió en la importancia de establecer controles urbanísticos adecuados: «intentamos, en la medida de lo posible, intervenir y no dejar pasar las inspecciones de edificios», citó CNN Turk.
Además, dijo que la población debe cambiar radicalmente de actitud y ser consciente de que sus edificios serán demolidos si es necesario, sin tratar de impedirlo.
«Turquía necesita un cambio total de mentalidad», concluyó, al tiempo que argumentó que los ciudadanos ya no deben esperar ninguna indulgencia del Estado por la construcción ilegal.
